A un mes y medio de que la Policía le secuestrara la moto a un remisero por una infracción de tránsito, crece la sospecha de que el vehículo fue robado de la sede policial donde había quedado en depósito: la seccional 3ra de Trinidad, en Capital. Allí, el rodado había quedado afuera, en la puerta de ingreso.
Quien siempre estuvo convencido de que su moto Motomel 110cc modelo 2015 con 7.000 km de recorrido había sido sustraída, es su dueño, Rodolfo Lara. ‘Es obvio que se la llevaron, por algo no aparece. Pero yo ya hice la denuncia en Control de Gestión y también en Robos y Hurtos. Y seguro que van a sancionar a los responsables pero no me interesa porque eso no me devuelve la moto’, dijo ayer Lara, quien hará una demanda al Estado.
Lara había chocado con otro motociclista el domingo 14 de febrero último en España y Circunvalación, en Capital. No fue un episodio grave, pero al remisero le quitaron la moto porque no tenía seguro contra terceros.
Cuando consiguió ponerse al día con ese requisito, llegó a la seccional 3ra a retirar la moto y empezaron los problemas. ‘Me tenían a las vueltas y de entrada me quedó claro que se la habían robado y no hallaban cómo cubrirse’, dijo Lara.
Informalmente, en la Policía suponían que el vehículo había sido trasladado por los uniformados de la División Tránsito hacia alguno de los depósitos que tiene la fuerza en distintos puntos de la provincia, como Capital, Rawson, Caucete, Ullum y 9 de Julio.
Sin embargo el cruce de datos y el chequeo de los registros en los que necesariamente se debe anotar el destino de las cosas incautadas, arrojó un resultado desalentador: la moto no estaba en ninguna parte.
Por eso fue que empezaron a sospechar que alguien tuvo la audacia de meterse a robar en la propia Policía. El problema ahora es cómo esclarecer el caso.
