En Perú han crecido las áreas donde se cultiva la hoja de coca, ya que los narcotraficantes pagan un elevado precio por este cultivo con el que se elabora la cocaína.

Como consecuencia, la alta demanda de hoja de coca hace cada vez más duro el esfuerzo por aumentar la siembra de productos alternativos como el café y el cacao.

Narcotraficantes pagan a campesinos, la mayoría pobre del país, un promedio de unos 3 dólares por kilo de hoja de coca, históricamente el nivel más alto ante el aumento de la demanda de los cárteles de drogas, según la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).

Perú produjo el año pasado aproximadamente 290 toneladas de cocaína, de las cuales casi el 70 por ciento tiene como destino Europa, según Naciones Unidas y Devida.

Según los últimos datos de Naciones Unidas y Devida, los terrenos destinados a la hoja de coca ascendieron a 53.700 hectáreas en el 2007, un 4,5 por ciento más que el año anterior. Esa cantidad de siembra permitió producir 120.000 toneladas de hoja de coca. De ese volumen, sólo 9.000 toneladas es para uso legal y el resto es comprado por el narcotráfico, según Devida.

Algunos especialistas consideran que ha decrecido la cooperación de EEUU en la lucha contra el narcotráfico, ayuda que para este año es de 65 millones de dólares.

Perú es el segundo mayor productor mundial de cocaína después de su vecino Colombia, el mayor receptor de la ayuda antidrogas de Estados Unidos en la región.

El negocio del narcotráfico en Perú ha aumentado en los últimos años con el ingreso de cárteles mexicanos que, junto a bandas locales, acopian y producen cocaína de lugares remotos del país, donde operan en alianza con los remanentes de la guerrilla de Sendero Luminoso, según la policía.

Para poner frenos al narcotráfico, en Perú promueven que los habitantes trabajen cultivos alternativos a la hoja de coca.

El representante para Perú y Ecuador de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, Flavio Mirella, dijo que las familias beneficiadas con el cultivo alternativo a la hoja de coca ascienden a unas 23.000, que trabajan en cooperativas dedicadas al cultivo de café, cacao y palmito.

"Las ventas de estas empresas sumaron el año pasado casi 93 millones de dólares, poco más del doble frente al 2007", dijo Mirella, cuyo organismo promueve la conformación de este tipo de cooperativas campesinas junto a la local Devida.

De las ventas, un 87 por ciento es producto de las exportaciones de café, cacao en grano, palmito y otros hacia mercados de Bélgica, Alemania y Estados Unidos.

El área dedicada al cultivo de productos alternativos se elevó a 68.000 hectáreas a finales del año pasado, luego de un proceso de varios años de apoyo financiero a campesinos de los Andes y la selva del país, dijo el presidente de Devida, Rómulo Pizarro. Hace dos décadas, sólo se cultivaban productos alternativos en 9.000 hectáreas donde antes se sembraba hoja de coca.

"Nosotros aquí producíamos antes hoja de coca, pero el comercio justo ha permitido que ahora sembremos café y cacao", dijo en Tarapoto Hibérico Bocangel, gerente de la cooperativa Oro Verde, que ganó recientemente un premio por la calidad de sus "cafés orgánicos y especiales".