El proyecto de ley de Presupuesto Nacional 2013, presentado el jueves último ante la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados por el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, permite conocer la evolución económica de la Argentina frente al próximo período fiscal, donde se observa que las principales variables macroeconómicas del país serán positivas.

En el borrador de los números oficiales, se estima que el producto bruto interno (PBI) aumentará 4,4% el año que viene; la cotización del dólar se ubicará en 5,1 pesos lo que implica un ajuste del 12,6% sobre la actual cotización de la divisa estadounidense, en tanto que para igual período se considera una inflación del 10,8% medida en la evolución de los precios al consumidor. Además se pronosticó un superávit comercial de más de 12.000 millones de pesos y un superávit financiero de 587 millones, esto en base a la recuperación de los mercados mundiales y los beneficios de una cosecha de soja considerada récord.

El panorama presupuestario para 2013, según se exhibe en el proyecto, es coherente respecto a la continuidad de la actual política económica, aunque del análisis y del debate parlamentario surgirán más certezas o interrogantes acerca de su cumplimiento por parte del Ejecutivo nacional, o de la flexibilización que viene haciendo en la reasignación discrecional de las partidas en base a las atribuciones otorgadas por el propio Congreso. Debe recordarse que se avecina un año electoral, donde el gasto público se desborda y ahora no existe margen de caja, por lo que ciertas partidas pueden ser desviadas a tal fin o endurecerse más la presión fiscal.

Por eso lo que preocupa al contribuyente es que también en 2013 la recaudación impositiva crecerá más que el PBI, ya que el fisco espera recaudar 822.000 millones de pesos, casi un 23% por sobre la recaudación del año en curso. Este desequilibrio entre la generación de la riqueza y la presión tributaria, es una ecuación que asfixia al aparato productivo porque la rentabilidad se comparte con el fisco en gran medida, peor aún cuando se deben sumar los tributos provinciales y gravámenes municipales, en muchos casos de carácter regresivo como el impuesto al cheque, o aquellos impuestos creados para mitigar emergencias sociales que ya no existen pero siguen en el tiempo.

De todas maneras el proyecto de Presupuesto Nacional para el año entrante es una guía para conocer las estimaciones en el rumbo de la macroeconomía desde la óptica oficial.