“El acceso de una Pyme al crédito es imposible en la medida que se siga tomando a esta franja de industrias chicas como una gran empresa. Los requisitos son tales que no nos permiten ni pasar por la puerta de un banco”, se quejó Guillermo Cabrera, titular de la CAME en la provincia.

Las micropymes son las más afectadas, porque tienen un plantel de no más de 10 personas y una estructura “cuasifamiliar” que resulta poco fiable para las entidades bancarias, por lo que deben recurrir a financiarse con las mismas utilidades que generan, es decir que la plata que entra se reinvierte.