En una tarde inclemente, por el calor y el viento, el bonaerense Marcos Crespo (Agrupación Virgen de Fátima) impuso su ley. Esa del sprinter explosivo, preparado para rematar la carrera en los últimos 200 metros. El velocista nacido hace 25 años en Las Flores, provincia de Buenos Aires, fue lo más parecido a un ventarrón. Sopló con inusitada potencia en el boulevard principal del Departamento 9 de Julio y transformó en estériles los esfuerzos del barrealino Ricardo Escuela (Los Mineros) y del rawsino Javier Páez (Forjar Salud/UOM), que le pelearon la definición.

La competencia organizada por el Club Del Bono contó con 94 ciclistas en el punto de partida. Hubo ocho equipos con sus respectivas estructuras logísticas diseminadas en toda la ruta y tuvo un importante marco de, estoicos, espectadores ubicados en las banquinas.

El calor, intenso e insoportable, condicionó el trámite de una carrera que -como era de esperarse- tuvo en los equipos más grandes a los protagonistas excluyentes. Así fue que apenas bajada la bandera hubo una fuga provocada por Juan Gáspari (Agua Clara) y Gustavo Toledo (Sindicato Empleados Públicos). Con ellos se fueron Oscar Villalobo (Forjar Salud/UOM), Jorge Pí (Los Mineros), Diego Villarroel (Agua Clara), Laureano Rosas (A.V. de Fátima), Gabriel Carrizo (Forjar Salud/UOM), Franco López (SEP) y Emiliano Ibarra, recién llegado de Europa que se prendió en la patriada.

Ese grupo lideró durante la primera vuelta y luego con el arribo de Pedro González (A.V.de Fátima), Vicente Ochoa (Mun. Rawson-Maverick) y el cubano Calixto Bello, llegaron a tener 2m.10s. de diferencia, cuando promediaba el segundo de los cuatro giros previstos. La elevada temperatura comenzó a hacer mella en los hombres de punta. Trabajaban los "metalúrgicos", los "piqueteros" se dedicaban a regular la marcha porque sabían que desde atrás todos sus compañeros armados habían cortado la escalera atomizando en mil pedazos al pelotón.

Cuando la competencia ingresó en la tercera vuelta la persecución dio sus frutos y todos los hombres de amarillo y rojo, los de la Agrupación y los del SEP habían conseguido su objetivo estar en la cabeza de la competencia con su as de espada, Marcos Crespo, bien arropado.

Sabiendo que hoy por hoy, el sprinter de Las Flores, es uno de los hombres más veloces de la Argentina y conociendo sus falencias en el embalaje, los "metalúrgicos" buscaron otra vez romper la armonía, trató Gabriel Carrizo, lo intentó Gáspari, pegó un palo Zamora, pero siempre, siempre a su rueda iba un "piquetero", siendo el chamicalense Franco López el más combativo de los hombres dirigidos por Daniel Castro.

Al final sucedió lo que todos suponían. Se llegó al embalaje masivo. Y allí, el viento jugó un papel protagónico. Pegaba fuerte de costado impidiendo que se armaran como corresponde las escaleras, por el peligro del toque entre compañeros. Saltaron "Los Mineros" con Escuela y Richeze, pero ya había acelerado Crespo, que sopló más fuerte y cantó victoria.