Compensado de su presión sanguínea, pero ahora con asistencia respiratoria mecánica intermitente (por momentos respira sin ayuda) y movimientos en brazos y piernas. Según fuentes judiciales, ese cuadro es interpretado por los médicos del hospital Guillermo Rawson como una mejoría en las últimas horas en el estado de salud de Eduardo Angel Sigalat (44), el changarín que el domingo en la tarde fue salvado por su hermano de morir ahorcado con un alambre en su casa de la Villa Urquiza, en Santa Lucía.
A esa decisión había llegado luego de verse acorralado por una situación que hasta entonces tenía cabos sueltos y varias sospechas en su contra: la desaparición de su esposa Lucía del Carmen Arancibia (32) que en versión de Sigalat, se había ido con otro hombre. Las peores teorías se confirmaron el lunes a la siesta, cuando el cuerpo de la mujer, con golpes en la cabeza, fue encontrado en un desagüe a un poco más de 3 km. de su casa.
A partir de ese momento los policías de la comisaría 29na. a mando del comisario inspector Rolando Cardozo bajo directivas del juez José Atenágoras Vega, empezaron a recabar pruebas que el último jueves terminaron de cerrar el círculo de sospechas sobre Sigalat: ese día secuestraron en la casa de la pareja un carrito para hacer changas con manchas de sangre, y así concluyeron que luego de matar a su esposa porque sospechaba de su infidelidad entre las 2 y 3 del domingo, la cargó en ese vehículo que arrastró en el ciclomotor de la mujer, dijeron fuentes policiales.
