Se veía venir. Las sucesivas contradicciones de Pamela Carrizo (26) sobre cómo mataron de un tiro en el pecho a su marido, el minero Jorge Moreno (28), el último domingo alrededor de las 3 en su casa de Benavídez y Catamarca, Chimbas, la pusieron en el ojo de las sospechas. Tanto, que ayer la metieron presa en pleno velorio. Para entonces ya estaba detenido su amante, Luis Brizuela (37, estuvo preso por robo, dijeron). Y luego cayó un hermano de la mujer, Lucas (18) y también otro supuesto amante, Carlos García.

Las detenciones ordenadas por el juez Pablo Flores, parecen echar por tierra la versión del homicidio en ocasión de robo. Ahora se cree que esa sustracción fue una pantalla para enmascarar el verdadero móvil del homicidio. Que en ese crimen los amantes son cómplices, y que el hermano de la mujer pudo ser un encubridor, dijeron fuentes policiales.

Carrizo había dicho que el último domingo un sujeto pateó la puerta, aniquiló de un tiro a su marido, le saltó por encima para robar un TV de 42 pulgadas y el teléfono de ella, le apuntó y huyó corriendo.

Sin embargo esa versión nunca cerró para los pesquisas de la seccional 17ma al mando del comisario Raúl Córdoba y el subcomisario Rubén Jofré, quienes trabajaron con la Brigada Norte y Homicidios.

“Además de sus contradicciones, las primeras pericias, como las telefónicas, demuestran que las cosas no sucedieron como ella relata. Hay testigos que demuestran su relación con Brizuela. También hay evidencia que vincula a García con el hecho, por eso el juez ordenó apresarlos”, dijo ayer un jefe policial.

Por lo bajo, los pesquisas aseguran que Moreno y Carrizo mantenían una relación conflictiva. Y que habían tenido un problema, porque la víctima sabía que su mujer le había sido infiel con Brizuela.