Si hay pobreza, que no se note. Así es el sentir de la mayoría de los sanjuaninos, que a pesar de la inflación (del 20% según consultoras privadas y menos del 10% para el INDEC) y de la crisis financiera global, no han modificado sus hábitos de vida. El 90 por ciento sigue saliendo a comer afuera y el 92 por ciento continúa yendo en auto a trabajar, tal como lo hacía antes de que la crisis afectara al mundo.

Estos son algunos de los datos obtenidos en una encuesta realizada por el IOPPS entre 500 habitantes del Gran San Juan durante la semana pasada. El trabajo se hizo para conocer qué hábitos cambió la gente y cuáles asumió por temor a la crisis. Los resultados revelaron que la gente, a pesar de estar preocupada por la actual situación económica, ha mantenido el estilo de vida. Aunque con mínimas modificaciones. Si bien el 15 por ciento de los encuestados confesó haber dejado de pedir comida a domicilio, el 90 por ciento sostuvo que sigue saliendo a comer los fines de semana como de costumbre. Y que sólo ha optado por un menú más económico. Desde el restorán Las Leñas confirmaron que la gente se está inclinando más por la comida rápida. "A nosotros nos ha disminuido la clientela en un 40 por ciento -contó Ramón Aracena, del restorán mencionado-. Esos clientes van ahora a donde pueden comer choris o lomos antes que una porción de parrilla o un plato elaborado más caro. Esto nos ha obligado a lanzar promociones para recuperarlos".

Entre los pocos hábitos adquiridos por la crisis, el 50 por ciento de los consultados afirmó que ahora aprovecha las ofertas y promociones que los supermercados lanzan los fines de semana. Mientras que sólo el 10 por ciento dijo que comenzó a probar suerte en los juegos de azar en vista de aumentar los ingresos.

Además de las cosas que la gente dejó o comenzó a hacer por temor a la actual situación económica, la encuesta también se pensó para conocer la sensación que la gente tiene con respecto a la crisis. Casi la mitad admitió estar preocupada.

Según el economista Eduardo Coria Lahoz, este optimismo se debe a que en San Juan la crisis no ha tenido ni tiene tanto impacto como, incluso, en otras provincias. "Los tres pilares que sostienen la economía provincial se encuentran bien -opinó el especialista-. Esto hace que la misma se mantenga estable, sin registrar crecimiento pero tampoco una baja".

Coria Lahoz dijo que los pilares económicos son el sector público, el sector minero y el sector agroindustrial, siendo el primero uno de los más estables. "Los empleados estatales (unos 35.000) representan el 20 por ciento de la población económicamente activa, con un sueldo promedio de aproximadamente 2.000 pesos que se recompone a medida que avanza la inflación. Por su parte los trabajadores del sector minero tienen un sueldo promedio de 4.500 pesos (algunos beneficiados con casa y comida) y representan también un importante porcentaje de la población", dijo el economista.

Agregó que el sector agroindustrial es el más complicado debido a las inclemencias climáticas que este año también afectó cultivos y producciones. Pero que, a pesar de todo, sigue de pie en parte por la ayuda oficial. "En realidad el sector que verdaderamente se ve afectado por la crisis es el comprendido por quienes trabajan en negro o desempeñan un oficio -afirmó-. Por ejemplo, un jardinero que antes limpiaba jardines cuatro veces a la semana y ahora lo hace una o un pintor que pinta 10 casas menos al mes que antes. Este sector es el que ha visto disminuido su poder adquisitivo en un 20 a 25 por ciento".