Finalmente el peor desenlace. El traspaso de mando en la Argentina tendrá a un solo presidente como protagonista en una ceremonia que quedará en historia por el desencuentro y no por una fiesta de la democracia.
La presidenta Cristina Fernández decidió ayer que no será parte de la ceremonia de traspaso de mando a su sucesor Mauricio Macri en la Casa Rosada y tampoco participará de la jura en el Congreso Nacional, al utilizar como justificativo la intervención de un fiscal.
La negativa de la mandataria a concurrir al Congreso se basó en la decisión del fiscal Jorge Di Lello -aunque todavía la jueza María Romilda Servini de Cubría no resolvió- de hacer lugar a una medida cautelar presentada el lunes por el macrismo para que Cristina Fernández se vea impedida de tomar cualquier decisión desde el primer minuto del 10 de diciembre.
‘Damos por concluida esta discusión, la Presidenta de la Nación en estas condiciones no va a concurrir al Congreso‘, informó el titular de la Agencia Federal de Investigaciones, Oscar Parrilli, tras argumentar que ‘ante este dictamen del fiscal que dice que el mandato termina a las 24 del día 9 la Presidenta no puede concurrir un día después‘.
De esta manera, el kirchnerismo clausuró las negociaciones que venían encabezando desde la mañana el vicepresidente Amado Boudou y el secretario general de la Presidencia, Eduardo De Pedro, en representación de la mandataria, con Fernando de Andreis y Federico Pinedo, en nombre del presidente electo.
Por primera vez desde el retorno a la democracia en 1983, el presidente saliente no estará en la ceremonia de traspaso de mando.
Si esta situación se mantiene, sería el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, quien debería colocarle la banda presidencial y entregarle el bastón a Macri, en la Casa Rosada.
‘La Presidenta no puede concurrir 12 horas después a hacer entrega de un mandato presidencial, no puede hacer usurpación de título, no es su intención de ninguna manera entorpecer ni ridiculizar el acto institucional‘, dijo Parrilli, pero añadió que ‘no están dadas las condiciones para que concurra al Congreso para la jura de Macri’. También, alertó que si la jueza María Servini de Cubría da lugar al dictamen el país estará ‘12 horas sin autoridad‘ y afirmó que ‘entre esto y un golpe de Estado es muy poca la diferencia‘.
En el marco de las negociaciones que se realizaron durante todo el día, De Pedro había informado a través de un comunicado que acercaron a los dirigentes macristas ‘una propuesta racional‘ en relación al traspaso de mando. En este sentido, el planteo era el siguiente: ‘Que la Presidenta irá al Congreso de la Nación, presenciará la jura del presidente electo y dejará los atributos en el recinto, para que desde allí puedan ser trasladados a la Casa Rosada‘.
Para Di Lello, el mandato del presidente electo se inicia a las 0 horas del jueves 10 de diciembre, al dar curso a una medida cautelar iniciada por Cambiemos para que se considere a Macri jefe de Estado ‘desde el miércoles a la medianoche‘. Ahora la jueza Servini de Cubría debe resolver esta situación, aunque lo que decida no evitará el papelón.
