Al concluir ayer en Canadá su participación en la cumbre del G-20, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner abogó para que se considere al trabajo digno como "un ordenador social", rechazó los ajustes como medida para paliar la crisis y reiteró su postura de reformular los organismos multilaterales de crédito.
En su discurso ante el plenario de los líderes mundiales reunidos en Toronto, la mandataria consideró que "se vieron claramente las dos posturas: una que sostiene que no hay que realizar ajustes y seguir manteniendo las medidas contracíclicas asegurando el trabajo. La otra postura distinta que es la que está poniendo en práctica la eurozona y que la vemos en Grecia y en España, por ejemplo con los ajustes y las reducciones en jubilaciones, salarios y pensiones" que aplican esas naciones para hacer frente a sus actuales crisis.
Ante sus colegas del G-20, que integran las naciones industrializadas y las principales economías emergentes, la presidenta reiteró que la Argentina se inscribe en la primera de las posturas, la de no a los ajustes. Como síntesis de los resultados de la cumbre del G-20 de Toronto, opino que ayer "quedó plasmado aquí el respeto a cada país para que ponga en práctica el modelo que mas le convenga, en un marco en el que nosotros solicitamos además que no se le suelte la mano a ningún país (que esté en crisis) porque no queremos que lo que pasó con nosotros en algún tiempo, con otro FMI y no con este, le pase a algún otro país hoy".
En una conferencia de prensa que brindó con posterioridad al encuentro con los líderes mundiales, la presidenta hizo alusión a la crisis Argentina del 2001-2002, dijo que las medidas de incremento de impuestos, flexibilización laboral y recorte de salarios, entre otras, aplicadas por el entonces gobierno argentino "no fueron la solución porque eran problemas estructurales". En tal sentido, resaltó que la situación comenzó a modificarse con las políticas de estímulos implementadas desde 2003 con la asunción de su marido, Néstor Kirchner, al poder.
Al respecto, reiteró que es "inconsistente" la teoría acerca de que se recupera la senda del crecimiento con el achique del Producto Bruto Interno (PBI). Ante los periodistas argentinos enviados a cubrir la cumbre del G-20, la jefa de Estado informó que también países como China, India, Turquía, entre los emergentes, cuestionaron el ajuste y llamaron a defender la generación de empleo.
Fernández de Kirchner celebró que, tras las deliberaciones, "no se legitimó el ajuste" como solución a la crisis que sacude a la eurozona y que "desde los centros de poder se haya una adoptado una política de respeto de cada uno adopta su modelo de acuerdo a sus circunstancias. Eso es positivo", sostuvo. En ese marco, destacó que el "sherpa" argentino en el G-20, Alfredo Chiaradía, le confirmó que ayer por la madrugada lograron incluir en el documento de cierre una cláusula sobre la importancia del crecimiento con empleo digno, una bandera que viene levantando la jefa de Estado.
Antes de llegar a Toronto, Fernández de Kirchner había disertado contra de la flexibilización en un Congreso de la Confederación Internacional Sindical en Vancouver.