La presidenta Cristina Fernández recibirá finalmente mañana en la Casa de Gobierno a la cúpula de la Iglesia Católica encabezada por el cardenal Jorge Bergoglio, en tanto Julio Cobos lo hará horas más tarde en el Senado nacional.
En respuesta al pedido de audiencia que habían solicitado la semana pasada a la primera mandataria -y que habían hecho extensivo a los otros dos poderes a fin de exponer las conclusiones de la reunión de la Comisión Permanente del Episcopado- Bergoglio y sus acompañantes estarán este miércoles a las 19 en del despacho presidencial. En ese documento, los obispos habían reclamado al Poder Ejecutivo y a la oposición "superar el estado de confrontación permanente" y mostraron preocupación por "la baja calidad institucional" que, dijeron, "produce un alto costo social".
El mismo miércoles, pero a las 20.30, los prelados serán recibidos por el vicepresidente en el Congreso Nacional.
Previamente, hoy a las 18, estarán con el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.
El 27 de noviembre del 2008, Fernández de Kirchner recibió a la cúpula de la iglesia -integrada por Bergoglio y los arzobispos Luis Villalba y José María Arancedo, y el obispo auxiliar Enrique Egua Segu- luego que el Episcopado transmitiera su preocupación por las repercusiones laborales de la crisis financiera global.
Como resultado de esa reunión, la primera mandataria asistió a la misa en la Basílica de Luján para conmemorar el 30 aniversario de la mediación papal en el diferendo entre la Argentina y Chile por el Canal de Beagle.
En medio del conflicto del gobierno con el campo, esa ceremonia religiosa tuvo un condimento político: la presidenta y su vice su ubicaron a menos de dos metros de distancia en la Iglesia, pero evitaron saludarse.
La anterior mesa ejecutiva -también presidida por Bergoglio, pero con Agustín Radrizzani en lugar de Arancedo- se había entrevistado con la primera mandataria el 19 de diciembre de 2007.
Las relaciones de la Iglesia católica y el gobierno tuvo momentos muy tensos durante la gestión de Néstor Kirchner, especialmente cuando se desató el conflicto por la destitución del obispo castrense, Antonio Basseoto.
Aunque con menos nivel de confrontación, la actual presidenta también mantuvo distancia con el Episcopado, pero invitó en dos oportunidades a los obispos en la Rosada y el miércoles lo hará por tercera vez desde su asunción.
