Con operativo clamor mediante, la expresidenta Cristina Fernández acudirá hoy a los tribunales federales para declarar como acusada por las ventas de ‘dólar a futuro‘ durante el final de su gobierno ante el juez Claudio Bonadio, quien fue ratificado hoy en ese expediente por sus superiores de la Sala II de la Cámara Federal.

En previsión de una concurrencia multitudinaria, que comenzó a converger anoche, los móviles de televisión se apostaron desde ayer frente al edificio para tener una visión privilegiada de su ingreso y egreso, aunque no se sabe por cuál puerta entrará. Se prevé también la instalación de un vallado exterior a la reja perimetral y el despliegue de unos 300 efectivos de la Policía Federal, que desde el lunes instaló en Comodoro Py un móvil con un domo para tener imágenes propias del acto. Los K esperan reunir a unas 50 mil personas.

A horas de su indagatoria, Fernández de Kirchner no había designado ante el juzgado a ningún defensor, aunque circulaban versiones de que sería Carlos Berardi. Se trata de un abogado penalista que fue socio del excamarista y exministro de Justicia León Arslanian y quien ya representa a Romina Mercado, hija de Alicia Kirchner y titular de Hotesur, la firma que regentea los hoteles de la familia Kirchner, sometida a investigación.

Cristina consultó en los últimos días al procesalista ya jubilado Julio Maier, para definir su estrategia judicial.

El enigma se develará oficialmente hoy a las 10, cuando Cristina Fernández suba las escalinatas de Comodoro Py 2002 y acceda hasta el cuarto piso, donde la esperan para declarar como sospechosa de las operaciones con dólares a futuro durante la última parte de su gobierno, las cuales según el juez generaron importantes pérdidas al Estado.

Esa declaración corría peligro de suspenderse porque un directivo del Banco Central, Pedro Biscay, había recusado a Bonadio por presuntas falta de imparcialidad y arbitrariedad. Pero ayer por la mañana los camaristas Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Farah rechazaron la recusación y dejaron al frente de la causa a Bonadio, aunque admitieron en su fallo que el magistrado tiene ‘su particular criterio‘ en el trato que dispensa a las partes del proceso (la defensa, la fiscalía y la querella).

Los jueces recordaron que ese comportamiento ‘ha sido rechazado‘ por la Cámara Federal ‘en numerosas oportunidades‘, pero consideraron que las quejas de Biscay sobre la actitud atribuida a Bonadio -no haberle dado en su momento fotocopias del expediente y no haber recibido un escrito de descargo- ‘no poseen la entidad suficiente‘ como para que hayan causado una ‘lesión al derecho de defensa que se alegara‘.

Mientras la Cámara definía esta cuestión, el juez Bonadio indagaba al exministro de Economía y actual diputado Axel Kicillof, quien presentó un escrito y luego se reunió con una treintena de seguidores que fueron a apoyarlo. Kicillof dio explicaciones políticas y técnicas y le aconsejó al juez que en lugar de investigar al kirchnerismo lo haga con el gobierno de Mauricio Macri.

Hoy, la ex jefa de Estado será indagada por ‘defraudación a la administración pública‘ por el juez al que ella llamó ‘pistolero‘ y acusó de ser parte del ‘partido judicial‘. La causa investiga las operaciones de ventas de ‘dólar a futuro‘ que, según la pesquisa habrían causado un perjuicio al erario que el juez estimó en unos 77 mil millones de pesos.