Es a la inversa de lo que proponía Charly García hace algunos años. El ex flaco del bigote bicolor confesaba que "no necesito a nadie a mi alrededor por lo que no viajo en tren, voy en avión". En cambio, Cristina Fernández, el talismán del Nuevo Relato K, vuelve mañana al Cuyo vendimiador y viene a Mendoza a bordo del Tango 01, pero como quiere estar cerca de todos andará en tren, al menos por unos kilómetros de vía nueva y en el primer tren urbano de la ciudad grande (el Metro Tranvía, que será habilitado entre Maipú y el centro mendocino en diciembre).

Además, trae en su valija la llave para habilitar -vieja promesa de Néstor- la anhelada línea de alta tensión desde las generadoras del Comahue, hasta el San Juan vitivinícola, minero y calero, pasando por la Mendoza bodeguera y conservera.

Será por teleconferencia uniendo varios confines y dejará fluir la energía en doble anillo en la región, aportando la seguridad imprescindible ante los cortes de única la línea de 500 que hoy abastece desde Río IV.

Contra el corte

Pero en realidad, la de Cristina no es una visita de nostalgias sino de vocación política. Es que con cada sol que pasa orondo del Atlántico a Los Andes, se acrecienta aquí el capital electoral de la habitante de Balcarce 50 y del histórico chalet de Olivos.

Los consultores insisten en que San Juan y Mendoza le tributan ya más del 50% de adhesión para el 23 y dan por hecho que lo mejorará en la próxima cita de las urnas domingueras. A tal punto que hasta los candidatos opositores -la UCR y el viejo PD, sobre todo- aceptan su primacía en el ánimo popular y resignan su competencia al corte de boletas con el argumento de que "si usted ya decidió su voto presidencial, aquí elija el mejor gobernador, el mejor intendente".

Así las cosas, el candidato oficialista -Paco Pérez, ex ministro de Obras de Jaque- fue invitado por la Presidenta a acompañarla en este último viaje al seno de las Naciones Unidas, en Estados Unidos, procurando para el aljibe del PJ de Mendoza, un aporte más al indudable fenómeno de arrastre del que ya disfruta el postulante peronista al sillón de San Martín, aquí en el Barrio Cívico.

Enfrente, ya resignados en sus ánimos nacionales, los candidatos de la UCR -Roberto Iglesias, ex gobernador 1999-2003 en tiempos de pálida- y el mediático Luis Rosales del PD de los gansos conservadores -es columnista televisivo de la cadena C5N, ex director de Turismo, otrora el más joven de los diputados mendocinos- han montado sus campañas electorales dando por sentado el triunfo de Cristina por sobre Alfonsín (la UCR) y Rodríguez Saá (el PD y el Pro). Claro, ponen el énfasis en que CFK será reelecta con holgura y ellos pretenden gobernar en Mendoza, como Gioja lo volverá a hacer en San Juan, dicen. Todos especulando a su manera, metidos en la succión del pelotón que lidera la Señora. Todos con Cristina, unos en el arrastre -el PJ- otros a caballo del corte de boleta, según claman por radio, TV y los diarios del domingo.

Como cada uno cuida su pellejo (y su poder y los recursos que implica), todos celebraron aquí la resolución del juez electoral que habilitó -pese a la prohibición de la ley nacional, a la que no adhirió Mendoza- las famosas y discutidas "colectoras", viejo recurso partidario para ganar por la vía que mejor convenga (incluidas, recuerdo, las insólitas "candidaturas testimoniales").

De arrastres y otros efectos

No es un escenario idílico al que llega Cristina al mediodía de este lunes. Debajo de lo que ya parece definida (su reelección), la cuestión está de palo y palo. En cuanto a la gobernación, el oficialismo siente el aliento de los radicales -candidatos veteranos de muchas lides e intendentes propios en varias tolderías- y el de los demócratas, ya no tan conservadores como la vieja estirpe de los "gansos" y esgrimiendo un candidato muy joven aliado al Pro de Macri.

Es cierto, sin embargo, que Iglesias (UCR) y Rosales (PD) sacan agua del mismo aljibe político electoral y esta división de mieses puede facilitarle las cosas a Pérez (PJ) que va prendido y fuerte de la boleta de Cristina. Si "cosas veredes, Sancho" (como sugería el desgarbado Don Quijote), cabe anotar que para viajar en el tren de Cristina, ha sido invitado aquí el irascible intendente radical de la Capital (enfrentado a la conducción UCR). El "Viti" Fayad, hace poco, ganó por paliza -el 60 %- las elecciones adelantadas de la Capital y es un viejo amigo de los K.