Con una gira que los encuentra transitando las rutas argentinas, un show en el Luna Park previsto para el 7 de noviembre próximo y el lanzamiento de MotorMúsica, el primer disco editado de manera independiente en el estudio que estrenaron este año; Kapanga llega a San Juan a celebrar sus 20 años en el circuito (pese a que los orígenes del grupo se remontan a 1989 cuando eran Kapanga y sus Yacarés, ellos cuentan desde 1995, año en el que volvieron a unirse con el nombre acortado).
Repasando su éxito, tomando como un logro su independencia de las discográficas y dando un vistazo a su pasado relacionado a las drogas; el líder del combo, Martín "Mono" Fabio, dialogó con DIARIO DE CUYO, previo a su show en la provincia, hoy a las 23.30 en Hugo (España casi Laprida. Entradas: $150 anticipadas en Implosion, Data y boletería)
– No es tanto cuando uno hace lo que le gusta.
– Cuando miro para atrás me da vértigo, pero lo tomo con felicidad.
– Sí, somos independientes hace 2 años y esta placa es la primera que grabamos en el estudio que estrenamos este año.
– Nos sentimos más cómodos. Podemos manejar los tiempos, aunque planificamos todo, tratamos de no hiponearla, que las cosas salgan bien y a término. Hoy, el contrato es con nosotros.
– Si me decís: "mañana se termina’, no sé de que trabajaría, quizás en una cabina de peaje entre las 12 y las 5 de la mañana o como visitador médico. Sigo pensando que con Kapanga voy a seguir toda mi vida.
– Los excesos tuvieron problemas conmigo. Fue hace 22 años. No estaba en la movida.
– Pero no son sólo los artistas. Conozco médicos y gente que es super falopera y no tiene una banda de rock. En la parte artística, se puede dar un poco más porque no tenés que salvarle la vida a alguien o manejar un avión; a un artista una ida a la banquina se le puede permitir, a un médico no. Las drogas están en todos los ámbitos. Acá, pasa que la prensa necesita eso para alimentar el monstruo, vende más que Chano choque 8 autos borracho que Chano haciendo una buena canción, para la picadora de carne que son los medios, vende más un escándalo que una buena canción.
– ¿Cómo ingresaste al mundo de las adicciones?
– Como todo adolescente. Tenía 22 o 23 años. Hoy, a los 46 años, me siento un bol… por eso, pero son experiencias. Lo bueno es que lo puedo contar y transmitírlo, sobre todo, a mi hijo de 14 años.
– Mis papás fueron unos amores, me enseñaron a ser de una forma como persona y en ese punto sentí que les fallé y no me gustó. Hoy, me queda mi mamá y cuando le veo la cara pienso que pude remendar lo que creo que fue un error. Yo no tuve problemas con mis viejos y, aunque veo familias con padres separados, eso no es justificativo para drogarse. A los fans les digo que piensen en ellos antes de ir por ese lado.
– Mis viejos nunca se imaginaron que yo podría llegar a desbarrancar, trabajaba desde los 16 años, fui mozo y hasta repartidor de pizzas. Cuando se enteraron, fue shockeante para ellos, una tristeza que nunca les vi.
– Cuando me encontré internado, lleno de cables y agujas. Eso no está bueno. Pasé por un par de dadas vueltas, de quedar ahí… medio turuleco. Soy un sobreviviente.
– Sí, pero ya fue. Me salvé yo, mi fuerza de voluntad y ganas de vivir. Puse huev… y coraje. Encaré la vida de otra forma. Cualquiera que tenga un problema necesita ayuda, pero la solución también está en uno.
