Hay elementos auxiliares disponibles para aplicar el agua a la melga. Según dijo a <IC>Suplemento Verde<XC> Nicolás Ciancaglini, técnico mendocino con vasta experiencia. Son accesorios para el riego. Hay cuatro: mangas de riego, lonas regadoras, sifones y caños de plástico u hormigón. Mangas: Reemplazan las acequias en tierra por un conducto flexible con compuertas, lo cual evita las pérdidas por filtración en su recorrido y además facilita la aplicación. Son tuberías de polietileno o de otro material flexible que funcionan con muy poca presión (carga de agua en la acequia) y vienen en diámetros hasta 22 pulgadas, llevando caudales pequeños hasta más de 100 l/s. Cuando se recibe el agua en una acequia, para derivar hacia la manga de riego se debe colocar un tacho de 200 litros de capacidad con entrada y salida acorde con el ángulo de salida de la manga. Para San Juan, se recomienda para cultivos hortícolas en general y en viñedos y frutales cuando existen acequias donde hay pérdidas importantes de caudales (textura arenosa a franco- arenosa). Lonas: Son muy usadas, solas o como elementos para dar carga de agua a los sifones para riego. Reemplaza a los tradicionales tapones de tierra o de champa, facilitando en gran medida la labor de riego. Con estos elementos, siempre se riega desde aguas arriba hacia aguas abajo y se emplea un mínimo de 2 lonas. De esa forma, mientras la lona de aguas arriba está derivando el agua hacia las tapadas o aberturas, la siguiente se va colocando aguas abajo. Cuando el riego finaliza en una abertura, solamente hay que extraer manualmente la lona levantando el bastidor y el agua pasa a la siguiente ubicada aguas abajo. Sifones: Su uso está cada vez más difundido en las zonas bajo riego por su practicidad, duración y bajo costo. Se adaptan con éxito en cultivos hortícolas en surcos y también pueden utilizarse en cultivos permanentes. Son tubos curvos generalmente de plástico (PVC) de 1,20 a 1,50 m de largo. Los diámetros más comunes son de 32, 40 o 50 mm. dependiendo del tipo de cultivo y el caudal necesario. Para hacerlos funcionar es necesario “cebarlos” manualmente. El cebado puede resultar al principio dificultoso si el regador no es experimentado. Un operario con experiencia puede poner en funcionamiento una serie de treinta sifones en un tiempo reducido (10 minutos o menos). Caños: A diferencia de los sifones, los tubos de plástico o caños de hormigón tienen un diámetro de 10 a 15 cm, con un cierre que puede ser una manga de polietileno o tapas plásticas. Se adaptan muy bien a riego por melgas o grupos de surcos (fajas, tapadas) en cultivos permanentes y anuales (olivo, vid, frutales, alfalfa, cereales, frutales, etc.). Su instalación es permanente en la acequia, en donde no interfiera con las labores culturales. Lo más conveniente es en el medio del interfilar o melga o en la línea de plantación.
