– No exponer al sol directo.
– No apretar la kokedama para escurrir el agua.
– Si el ambiente es seco, rociar las hojas con agua.
– Sumergir en agua cuando la bola de musgo esté seca.
– Cuidado con los gatos, les encanta morder y jugar con la kokedama.
– Girar la kokedama sobre su eje para que las hojas no se vuelquen hacia la luz solar.
– Controlar periódicamente la aparición de hongos e insectos que puedan afectar la planta para combatirlos a tiempo.
– La kokedama sufre más por el exceso de agua que por la falta de la misma.
– Limpiar las hojas con un algodón humedecido en agua si es necesario.
– Cortar las hojas secas con cuidado para no lastimar las hojas sanas.
– Fortalecer con fertilizantes y abonos orgánicos, preferentemente agregándolos en el agua de riego.
– Si los hilos se sueltan se pueden coser con una aguja a la kokedama.
