No tienen nada que envidiar a los uruguayos de Marama o Rombai, tan de moda actualmente, y algunos los comparan con el convocante grupo porteño Agapornis. Ellos son Pijama Party, una banda sanjuanina que hace poco transita la noche local, pero que ya pisa fuerte en Internet, donde acaban de publicar su primer clip (Comerte a besos), que en pocos días superó las 30 mil reproducciones.

Todo empezó como un chiste en el verano de 2014, cuenta Fede Amín, guitarrista y una de las voces de la banda, después grabaron en el estudio de Juan Pablo Alvarez, el baterista. Y esa fue la semilla de lo que hoy es el combo que tiene como voz femenina a Macarena Flores y que también integran Nahuel Ramírez (güiro y voz), Luis Puiggrós (bajo) y Diego Roble (teclados). Todos músicos desde hace tiempo. "Empezamos apuntando a casamientos, fiestas, versiones de temas de los 90, como Agapornis, que es lo que teníamos como referente. La cosa fue cambiando, mutando y terminamos haciendo cumbia pop". Fueron creciendo en popularidad y actualmente empiezan el jueves a la tarde con la prueba de sonido y no paran hasta el domingo en la madrugada.

Sobre por qué eligieron convertirse en una banda de cumbia pop, Fede se sincera al afirmar que si bien lo pensaron "como un producto" ahora se divierten muchísimo. "Teníamos algunos prejuicios (sobre la música), pero no es para nada fácil tocar cumbia", confesó el guitarrista.

No se ofenden si les dicen que hacen cumbia cheta. "No nos molesta, porque es cierto, es un estilo de cumbia que es consumido en todos lados, no pasaba así con la cumbia villera, que se escuchaba solamente en algunas partes y en otros contextos sociales se escuchaba electrónica o reggaetón", dice Fede.

"Esto es una locura, no lo podemos creer. Levantarte y que tenga tres mil o cuatro mil vistas más el video", comentó Amín; mientras que Juan Pablo cuenta que los sorprende cómo el tema circuló de celular a celular, por Whatsapp. "Nuestros familiares y amigos nos escriben para contarnos que escucharon el tema en los lugares más impensables, desde la casa de un vecino, el vestuario de un equipo, un negocio, hasta una previa en Bariloche, todos espontáneamente", dice el percusionista, que además es novio de Cande Buasso, la sanjuanina que estuvo en Elegidos.

"Al principio no pensábamos que nos iba a ir de esta manera, hay sábados que tocamos dos veces seguidas. No me esperaba esto, que a la gente le gustara tanto", admite Maca, como le dicen sus compañeros de banda a la cantante del grupo. Estudia para ser profesora de educación física y su inclinación musical viene de niña, de su abuelo, el folclorista Orlando Palacios. "Y sí, soy como la cantante de Agapornis, pero en morocha", dice riendo la joven que cuenta que no le molesta ser la única mujer de la banda. "No soy nada vergonzosa, ni nada, igual por ahí cantar sola me costaría más, pero me acompañan los chicos. Ellos son mis amigos, saben todo de mí", apuntó Maca.

Con la banda a punto de cumplir dos años, "el momento sin dudas es el mejor y ahora con algo mucho más especial, que es haber comenzado con temas propios". analiza Juan Pablo sobre el repertorio de Pijama party, que tiene varios temas en la gatera pero que decidieron dejar correr un poco más el primer single. "Ha tenido una enorme aceptación; ¡es el tema más esperado por parte de la gente en nuestros shows! Y eso nos llena de orgullo", dice y agrega que la clave es que "la gente quiere divertirse".

Respecto al éxito de Comerte a besos, Juan considera que la identificación es la clave. "Que la canción hable sobre sentimientos que tienen muchos chicos y chicas, que puedan usar las frases de la canción para expresarse en las redes sociales, o frente a la persona que les gusta. En resumen, que se identifiquen y mejor si lo decís con un ritmo alegre y letra sanas. Claro que nunca descuidamos el objetivo, que es tratar de hacer lo mejor posible, grabar de la mejor manera y hacer un video con la mejor calidad".

"Vamos despacio, las metas que nos ponemos son cortas, tratamos de no soñar, a pesar de que es raro todo lo que nos está pasando", comentó Fede. "Nos cambió la vida. Diego, el tecladista, es concertista clásico, no lo veo tocando de nuevo en el Auditorio", graficó Amín sobre el fenómeno que sienten que los atraviesa, modificando su vida diaria y laboral, mientras siguen buscando un sello propio, aunque por ahora, disfrutan de las mieles de la comparación.