El mismo Oscar Espejo (pintor y chapista) y su socio Marcos Ontiveros (electricista) descubrieron que algo no estaba bien en el taller que alquilan al 174 Oeste de la calle 11, en Pocito, el domingo en la tarde. Ambos pasaban por el lugar cuando enfilaban a ver el partido de San Martín vs. Gimnasia de la Plata cuando vieron la puerta abierta del galpón. Pararon. Miraron. Se indignaron. Adentro, faltaban unas 11 baterías nuevas y una más sustraída de los autos que arreglan. También una pluma que Oscar no termina de pagar, una soldadora de punto y otra eléctrica, un esmeril, dos expansores hidráulicos con 80 piezas, un cargador de baterías, dos butacas de Chevrolet Corsa y cuatro sopletes de pintura.
Todos esos objetos, valuados en unos 40.000 pesos por Espejo, fueron cargados en una camioneta Peugeot 504 que luego fue abandonada por los delincuentes en calle 11 y Callejón López. La camioneta es de un cliente y sólo faltaba lustrarla para que se llevara a su casa.
El hecho trascendió ayer y no sólo afectó a Espejo y Ontiveros ya que los ladrones también se metieron a la casa de un vecino contiguo al taller, al que le revolvieron todo pero sólo le llevaron un reloj. Ambos le alquilan María Calvo, quien también sufrió un gran robo de electrodomésticos, dinero, joyas y dos armas el 21 de noviembre pasado y está convencida de que se trata de los mismos delincuentes.
"La verdad que ahora no sé qué voy a hacer porque el trabajo más importante que hago yo, que son los autos chocados, ahora no lo puedo hacer. Y no es cierto lo que dicen los políticos de que Pocito es seguro, porque en un mes acá robaron dos veces en una tienda, y también en la panadería, en la ferretería, en una semillería y en la forrajería, por nombrar algunos", dijo ayer, molesto.
