Sorprendido. Así tomó David Páez el anuncio de los conductores de esta 15ta edición del premio ‘El deportista del año’ que él se convertía en el máximo ganador de la noche. El hockista tocó la gloria con el título mundial en Francia y anoche resultó uno de los más premiados porque además de la máxima coronación, se adjudicó su terna y la distinción al ‘Deportista más popular’ debido a los 1.862 sufragios del lector de DIARIO DE CUYO en la primera parte de la elección.
El Cachi, un producto de la cantera inagotable de Concepción Patín Club, se quedó con el máximo trofeo en la edición más ajustada de la historia. Se impuso con 30 votos, seguido bastante cerca por el futbolista Emmanuel Mas, con 20 y cerrando el podio el voleibolista Javier Filardi, quien sumó 15, sobre un total de 136 votos del jurado que resultó récord en este 2015.
La ceremonia se realizó como es un clásico en el Centro de Convenciones Barrena Guzmán y contó con diversas personalidades del deporte local. Además, funcionarios provinciales encabezados por el gobernador, Sergio Uñac, dijeron presente acompañando la fiesta de DIARIO DE CUYO que tuvo a sus autoridades principales como su director, Francisco Baltazar Montes, y su hijo, Francisco José Montes.
SU AÑO:
El Cachi es como el refrán que dice ‘el viento es viejo y todavía sopla’. A sus 40 años y en el año que volvió a Concepción, el club que lo vio nacer no sólo como hockista sino como persona, pues vivía con su familia de ‘caseros’ del Azul, demostró la vigencia de un grande. Su momento glorioso y tan esperado por él y su entorno cercano llegó el sábado 27 de junio pasado en la lejana La Roche Sur-Yon, de Francia.
Era una nueva final del Mundial de hockey sobre patines y con España, otrora el gran verdugo nacional, de adversario para la Argentina. Pero David, el hermano menor de otro crack sin tiempo como el Negro José Luis Páez, tenía reservada una función de gala ante los ibéricos. Dos sablazos suyos destrabaron la final para siempre, cuando estaba 1 a 1 y con pronóstico reservado. El arquero catalán, el Pulpo Egurrola, no pudo hacer nada ante su excompañero en el Barcelona ganador de todo en la década pasada. La goleada 6-1 para los conducidos por Darío Giuliani permitió dejar atrás una sequía de 16 años sin títulos mundiales para el deporte que hace cuna en nuestra provincia.
Páez se quitó la espina de cuatro años atrás cuando, en casa, perdió la final justamente ante Pedro Gil y compañía. Al Mundial entró por la ventana debido a la lesión a último momento de Matías Pascual. Pero cuando estuvo allá, cumplió con lo que le reveló en la previa a DIARIO DE CUYO: ‘Yo entro a la cancha y me quiero a comer a todos crudos. Juegue un minuto o todo el partido, voy a dejar la vida por esta camiseta.
Me siento bien físicamente y quiero que mi hijo (Nicolás) vea a su papá campeón’. Fue el segundo título ecuménico de una carrera repleta de éxitos, pues el anterior lo obtuvo en ‘Reus 1999’, compartiendo plantel con su hermano José Luis. ‘No le puedo pedir más al hockey. Ya está. Viví lo que quería y punto’, contó, llorando, cuando la vuelta olímpica era una realidad.
De regreso en el país, palpó el clamor popular con una caravana que tuvo destino final en el Aldo Cantoni. El paso de los días hicieron que Páez otra vez quisiera ponerse los patines y calzarse la camiseta de su amado CPC. Justamente en el cubierto del Parque de Mayo disfrutó hace menos de un mes de otra vuelta olímpica.
Llevó al Azul al título en el Oficial doméstico en una serie dramática contra la UVT, dirigida justamente por su hermano. En el tercer y decisivo encuentro, el Cachi sacó fuerzas de donde no tenía y pese a contar con los aductores a la miseria, frotó la lámpara para en el alargue generar el directo que definió la historia para Concepción. Un año difícil de olvidar, pese a toda la gloria que vivió antes en su trayectoria deportiva. Sin dudas, el Olimpo del deporte sanjuanino ya le hizo un espacio de preferencia. David se lo tiene bien merecido.
