El fútbol del interior suele entregar historias jugosas. Ricas para la anécdota y especiales para contarlas. Porque la pasión por una camiseta lo puede todo y en ese ambiente, la ADA disfruta de una situación más que particular porque no es común que el secretario general de un gremio, en este caso AOMA, no solo sea respaldo desde lo económico y logístico, sino que también se pone la camiseta cada domingo desde adentro del campo de juego. Iván Malla es el gran protagonista de esta pequeña historia. A sus 38 años, aquel delantero que salió desde el fútbol de Albardón para jugar en la Primera de San Juan con las camisetas de Peñarol, Alianza y otros más, decidió apoyar a su Escuela y a lo largo de todo el 2013 se puso a full físicamente para terminar jugando gran parte de esa temporada. Llegó entonces el momento de decidir si jugaban el Torneo de Campeones y el TDI en simultáneo e Iván fue clave en ese desafío. Desde AOMA apoyó en cuanto pudo para solventar algunos gastos y respaldar la gestión de los dirigentes de la ADA y además se puso a las órdenes de su hermano Omar, quien es el técnico del equipo que logró ganar 6 de los 7 partidos que han jugado en esta edición 2014 del torneo. Iván es referente y dentro de la cancha marca el paso. Grita, se enoja y llena de instrucciones a su sobrino, Roberto, que juega como volante derecho. Ha jugado todos los partidos y si bien es el primer cambio en el complemento, desde afuera después se enloquece dando indicaciones. En cancha de La Chimbera terminó amonestado por una agria discusión con el árbitro Riveros, pero luego disfrutó como un niño con la goleada y el triunfo ante Bánfield.

Para entrenar, acomoda sus horarios entre el gremio y el club, de manera que no genere ventajas al rival. Iván sabe que este es un gusto que pocos se pueden dar y lo disfruta momento a momento. Una historia que sólo el fútbol del interior puede regalar.