Dicen que los partidos se empiezan a ganar en un arco y se termina de hacerlo en el otro. Eso fue River Plate en la sorpresiva semifinal que le planteó el Sanfrecce Hiroshima. Un rival sin complejos que le jugó de igual a igual y que cuando tuvo su momento de partido se encontró con el enorme presente de Marcelo Barovero que tapó tres pelotas de gol en ese fatídico primer tiempo que bien pudo haber terminado con desventaja para los argentinos. Y en el momento clave, cuando parecía que el alargue podía ser realidad y luego se vendría la lotería de los penales, el lungo Lucas Alario fue más lungo que nunca para definir en el otro arco, en el de enfrente, para sellar el pase a la finalísima del Mundial de Clubes. Así, de arco a arco, este River que no convenció a nadie logró ese primer objetivo del que tanto todos hablaron. Ahora será el momento de la verdad cuando se mida posiblemente con el poderoso Barcelona, uno que no perdona errores y que sabe explotar hasta el más mínimo error ajeno.

No fue bueno el partido en River. Un primer tiempo atado, lleno de dudas, con flaquezas en el fondo y sostenido solamente en los reflejos de Barovero y en la entrega de Leonardo Ponzio que pareció ser el único en entender lo que se jugaban. Barovero respondió en tres clarísimas del conjunto japonés: primero achicando con el cuerpo, después elevando el remate por encima del travesaño y más tarde -con mano cambiada- sacando la pelota contra su palo izquierdo. Era el peor momento y lo sostuvo. Le dio aire para llegar al descanso y recuperar aire e ideas. En ese arco, en el propio, River ya lo había ganado y por 3-0.

En el complemento, los cambios le dieron algo más de fútbol a River y con eso, Alario encontró esa asistencia que es razón de vida para los goleadores. Pensar que se estuvo por operar del hombro y se perdía el Mundial de Clubes pero no, decidieron apostar a llevarlo así y cuando parecía que no había luz al final del camino, el ex Colón apareció con su estatura y el cabezazo como DNI para sentenciar la historia en el único centro sensato que metió River en toda la semifinal. Fue una y la metió. Como en la Libertadores, como siempre. Goles que no sólo decoran resultados sino que definen partidos, clasificaciones y hasta campeonatos.