"Soy de Dakar, de dónde llegaba el Rally hace un par de años". En un perfecto castellano que asombra debido a su procedencia, Papasaer Niang relató su lugar de origen: la capital de Senegal, el sitio elegido habitualmente para el cierre de la carrera de rally más popular y peligroso del planeta. El moreno de 1,83 metros de altura y sólo 68 kilos, con más pinta de maratonista que de futbolista, fue ayer la nota que rompió el molde en la pretemporada de Desamparados. Este delantero, junto con otros dos futbolistas, llegaron a prueba al equipo de Ricardo Dillon y estarán un par de días, aunque según les comentó el propio DT es más que difícil que puedan quedar debido al cupo de cinco incorporaciones que tiene para el Clausura y de los cuales ya utilizó un par. Igualmente, Papasaer es una historia para contar.

"Nací en Dakar hace 22 años. Ahí es donde llegaba el Rally, aunque mucho no me gustaba por el tema que es super peligroso. Siempre jugué al fútbol. Tuve la chance a los 17 años de entrar a un equipo de Primera de mi país, pero mi papá, Magette, se opuso porque decía que tenía que estudiar o trabajar. Pero lo mío es el fútbol", relató a manera de presentación el moreno, mientras un par de hinchas del Víbora lo observaban en primer plano y se animaron a preguntarle por su remera de una marca relacionada con el ambiente del rugby.

Su destierro se dio hace tres años cuando Niang emigró con destino a Brasil, luego de haber realizado algunos contactos para probarse en un club del país del jogo bonito. "Me entrené un par de meses en un equipo, que ahora no recuerdo bien el nombre, y como no quedé, decidí venir a Buenos Aires. Acá la gente me trató siempre muy bien" reconoció y agregó: "estoy jugando desde hace dos años en una agrupación de jugadores libres en Caseros. Incluso, hace seis meses estuve dos meses en La Punta, de San Luis (Torneo del Interior). Ahí me dirigió José San Filippo. ¿Cómo era conmigo? Muy sincero, aunque con el resto era bastante soberbio. Siempre era él. Todo él".

El excelente modo de hablar castellano está relacionado justamente con su paso por la provincia puntana pues ahí conoció a su actual novia, Giselle. "Al principio cuando llegué a la Argentina me costaba y sólo hablaba en francés con algunos compañeros. Pero desde que estoy con ella, me enseñó todo mucho más fácil".

El morocho jugó media hora para uno de los equipos que paró Dillon en el entrenamiento de fútbol de ayer por la tarde. Tuvo poca intervención y cuando lo hizo, no sobresalió de la media. Su arribo a Sportivo se dio por intermedio de lo que él llama su entrenador en Buenos Aires, "Pipa’ Romeo. "Me dijo que me iban a mirar un par de días en Desamparados y decidí venirme para acá", cerró Niang quien seguramente y más allá de autodefinirse como un "trotamundos’ jamás imaginó que podía viajar de su natal Dakar a Puyuta.