Parece que los hinchas se la imaginaban, porque apenas un puñado de éstos, tanto de Del Bono como de Trinidad, poblaron las tribunas de la cancha de la Esquina Colorada. Y, los pocos que estuvieron presentes, se fueron con gusto a fósforo porque dentro de la cancha salió un partido decididamente para olvidar lo antes posible. Bodegueros y Leones pusieron muchas ganas, eso es innegable, pero deambularon sin ton ni son por una cancha con piso malo y terminaron como era lógico: 0-0. Ese empate en blanco los castigó a ambos, porque siguen sumidos en el fondo de la tabla de posiciones y con el torneo con seis fechas jugadas.
Apenas se acordaron de jugar diez minutos. Los últimos del partido. En ese lapso llegaron al arco rival más veces que lo que habían hecho los 80 anteriores. Y fue Del Bono el que estuvo más cerca de embolsar esos tres puntos soñados. Pero no se le dio. Inclusive jugando con uno menos.
Desde el mismo inicio quedó en claro que los dos equipos estaban parados para luchar más que para jugar. Presionaron siempre pero, cuando tuvieron la pelota, dejaron en evidencia el mal momento futbolístico por el que están pasando.
El local, en esos primeros 45 minutos, llegó un poco más. Pero apenas lo hizo con real peligro dos veces. La primera se dio recién a los 37’ cuando Illanes trató de darle con el pecho un centro que cayó en el área, pero la pelota cayó en el techo del arco. Y la otra, 4’ después, cuando Tello le dio bien y fuerte, pero su remate se estrelló en la parte externa de la red. Trinidad, nada.
Y el complemento no dio otro panorama. Por ahí, la visita se paró más adelante y por eso le discutió la posesión del balón a Del Bono en el medio. Pero los arqueros estuvieron de adorno. Encima, en el local se fue expulsado Carlos Méndez (por doble amarilla), lo que obligó a su técnico a replantear el esquema. Igual fue Del Bono el que siempre se mostró más decidido a buscar la victoria.
La que tuvo al alcance en aquellos últimos 10’, pero García y Roldán no estuvieron finos en la definición.
