Es cierto que el Mundial distrae la atención. Que las negociaciones buscando jugadores se estancan y que todos miran actualmente a Sudáfrica. Pero a 45 días del inicio de una nueva temporada en nuestro fútbol doméstico de Primera, la realidad de los grandes dista bastante de sus clásicas contrataciones estridentes. Esas que hacían ruido por los nombres que venían al club y también por las cifras económicas que se manejaban. Basta con ver lo que pasa con Boca y River, cuyos mejores refuerzos hasta el momento son arqueros. Cristian Lucchetti y Juan Pablo Carrizo, respectivamente. Los otros tres grandes históricos van en la misma sintonía, pues ni Racing, Independiente o San Lorenzo "rompieron el mercado", más allá que en el Ciclón volvió un técnico de la categoría de Ramón Díaz.
Boca y River comparten actualmente la necesidad de reinventarse. Ambos no disputaron la Copa Libertadores pasada y la necesidad va en aumento. Más todavía en la Banda que comenzará la campaña en zona de Promoción para evitar el descenso. La diferencia entre los primos pasa porque el xeneize tiene cierta holgura económica debido al dinero que le ingresó por la venta al Benfica de Nicolás Gaitán, nada menos que 12 millones de euros. Con esa plata fresca le dio un par de gustos a su flamante técnico, Claudio Borghi, quien cobrará 750 mil dólares por una temporada. Repatrió al ex Vélez, Damián Escudero, olvidado desde hace tiempo en el Villarreal de España y a quien le hizo un contrato por cuatro temporadas. Apostó por el ex Newell’s, Juan Manuel Insaurralde, al adquirirle el 80% de su pase en 1,8 millones de dólares. También a Christian Cellay, proveniente de Estudiantes, a quien le compró el pase en dos millones de dólares. Por el ex arquero de Banfield, Boca desembolsó 200 mil dólares por el préstamo de una campaña. Más allá de sus cualidades, ninguno de estos profesionales parecen romper el molde. Para eso están los Román Riquelme o Martín Palermo. Y entonces el presidente Jorge Amor Ameal está en plenas negociaciones con sus representantes tratando que continúen. En el caso del enganche la traba se encuentra en la duración del nuevo vínculo: Riquelme quiere cuatro años y Boca se estira hasta tres. Por temporada, está claro, cobraría cerca de 1,3 millones de dólares. Con el Titán parece todo encaminado a cambio de la misma plata solo por un año más de vínculo, tras el cual Palermo tiene pensado retirarse. La buena noticia es que ya arregló su permanencia por los próximos tres años Sebastián Battaglia, quien junto a Guillermo Barros Schelotto son los jugadores más ganadores en la historia del club con 16 títulos.
Las arcas de River no están como las de su eterno rival. Por eso los nombres que ya se sumaron son de segunda y hasta tercera línea. Los "sueños" de repatriar a los Pablo Aimar, Hernán Crespo, Juan Pablo Angel o traer por primera vez a Mauro Camoranesi o David Trezeguet se hicieron añicos. Todavía retumban las palabras del apoderado de Trezeguet tras la charla inicial con el presidente, Daniel Alberto Passarella: "Me ofrecieron la quinta parte de lo que gana en Italia. Sinceramente pensé que era una jodita para Tinelli", disparó tras escuchar de voz del ex zaguero que podía pagarle un millón de dólares por un préstamo de un año.
La inversión más importante del Kaiser fue por el préstamo de una temporada de Juan Pablo Carrizo a cambio de poco más de 600 mil dólares. Por otros tres "nuevos", Passarella no rompió precisamente el "chanchito": Leandro Caruso (300 mil dólares), Josepmir Ballón (250 mil dólares), ambos a préstamo por una campaña, y Carlos Arano (180 mil dólares), a quien le compró su pase. Mientras que por Walter Acevedo y Jonathan Maidana hizo un trato a cambio de cinco millones de dólares, más el pase de Cristian Villagra al Mettalist de Ucrania.
