Francisco De Narváez nació en Colombia hace 56 años y en junio de 2009 pasó de un casi anonimato a verdugo de Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires. El resonante triunfo no sólo le sirvió para retener su banca de diputado nacional sino que lo posesionó en la grilla de los presidenciables para 2011. Pero, su condición de extranjero supone, a priori, una traba para presentarse como aspirante al sillón de Rivadavia, según el mandato de la Constitución Nacional.

Por eso, el diputado del PJ disidente presentará batalla en los fueros judiciales.

De Narváez confirmó ayer que en el segundo semestre del año recurrirá a la Justicia para que lo habilite a presentarse como candidato a presidente en las próximas elecciones generales como una "alternativa al kirchnerismo", aunque señaló que en caso de que se acceda a su pedido, las candidaturas "deben resolverse por consenso". Y no cerró la puerta a un eventual nuevo acuerdo político con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.

"Voy a reclamar a la Justicia porque estoy convencido de que ese es mi derecho, el derecho a ser candidato", dijo el diputado por Unión Celeste y Blanca en declaraciones a FM Millenium y consideró que "hay una cantidad de argumentos" a su favor.

"Yo elegí ser argentino, no nací en Argentina, según ya se ha dicho a través de mucha doctrina, hay ciudadanos de una sola categoría y no de dos categorías, los que nacieron y los que no nacieron en Argentina", dijo.

No obstante, dijo que el reclamo ante la Justicia "no quiere decir que si se me concede el derecho, se me habilita, vaya a ser candidato, sino quiere decir que tengo el derecho de serlo" y sostuvo que "las candidaturas deben surgir de un consenso de la política y no de una decisión unipersonal".

Ante una consulta, afirmó que ese consenso lo buscará "absolutamente" dentro del peronismo federal, y que las candidaturas deben resolverse "dentro de las internas del peronismo".

"Hay que ir a las primarias. Van a ser transparentes, tienen que ser controladas por la Justicia electoral", dijo el legislador y aseguró estar convencido de que las elecciones internas "van a ser transparentes y bien conducidas para todos los partidos" políticos.

Respecto del Gobierno, aseguró tener "la obligación de definirlo de la forma en que lo siento, y siento que es corrupto". "El kirchnerismo va a ser recordado como un gobierno que perdió una gran oportunidad para todos los argentinos, y por una cantidad de amigos que se llenaron los bolsillos a través de hechos de corrupción", sostuvo el legislador. Asimismo, desmintió "categóricamente" haber tenido una supuesta "conversación con el kirchnerismo" para entramar una alianza con vistas a las elecciones del año próximo. "Ellos expresan algo totalmente contrario a lo que yo siento que debe ser la conducción nacional: un modelo que distribuye riqueza a los amigos, que distribuye pobreza a millones de argentinos, que miente, que falsea los datos de la inflación, que no habla de la seguridad, el mundo nos da la espalda por su destrato. Todo eso no tiene nada que ver conmigo", prosiguió. Consultado sobre su presentación judicial para ser autorizado a postularse para la presidencia de la Nación, señaló que "no hemos decidido si va a ser ante la Corte Suprema o en primera instancia".

Sí, adelantó que ante la Justicia presentará "los mismos (argumentos) que llevé a la mesa de la Justicia de la provincia de Buenos Aires hace dos años, cuando fui habilitado para ser candidato a gobernador". El diputado dijo querer constituirse como "una alternativa al justicialismo de Kirchner. Mi límite es Néstor, Cristina y Daniel Scioli en la política. Creo que ellos no expresan lo que yo expreso políticamente. Seré candidato a una cosa u otra cosa, lo decidiremos en la mesa. No tengo una definición previa".