Estos bastones tienen un valor histórico más que monetario ya que sólo la empuñadura y el regatón están realizados con oro o plata y el palo es de madera. La encargada de hacer los bastones fue la joyería Ricciardi, pero desde 1983, para la asunción de Raúl Alfonsín, el elegido para la tarea fue el orfebre Juan Carlos Pallarols. El de Frondizi lo había hecho Ricciardi.
