Jimena Fernández tenía 8 años y su actitud preocupaba a sus padres. Era tan tímida que cuando llegaba alguien a su casa se escondía. Y se ponía colorada y se bloqueaba cada vez que debía hablar con alguien que no fuera de su entorno. Una academia de danza española la hizo romper el cascarón. Le gustaba tanto bailar que luchó contra ella misma para presentarse en público. Sin embargo, aún no se animaba, por ejemplo, a ir a comprar a un kiosco. Pero hizo fuerza y, aunque asegura que aún tiene que respirar hondo para enfrentarse a alguien desconocido (actitud que no se le nota en lo más mínimo) logró dar todos los pasos que le permitieron quedarse con la corona de Reina Nacional del Sol.

Nieta del primer dueño de una academia de danza folclórica en su Jáchal natal, Jimena es una apasionada del arte tradicionalista. "Cuando fui elegida Paisana de la Tradición -en 2011-, la gente de Jáchal me llamaba la Paisana Bailarina. Nunca pude quedarme sentada en un acto, cuando escuchaba una chacarera tenía que salir a bailar", cuenta entre risas la chica de 23 años que toca la guitarra, el bombo y el piano.

Amante de su tierra y su gente, Iggy, apodo que le pusieron sus sobrinos y que se transformó en su nombre para toda la familia, vivió su momento más complicado a los 18 años, cuando se vino a vivir a Capital sola para iniciar sus estudios universitarios. "Lo primero que estudié fue Medicina, en la Universidad Católica. Mis compañeros me trataban como a una pueblerina, se reían por mi acento y me cantaban Vallecito. Entendí que no tenía que perder energía en eso y me centré en mis estudios. Sin embargo, antes de terminar el año dejé la carrera y empecé a estudiar el Traductorado de Inglés, en el Instituto San Nicolás de Bari. Me adapté y ahora me faltan sólo dos materias para recibirme", confiesa la jachallera con más orgullo que resentimiento. Mientras tanto, piensa en su nuevo desafío como Reina del Sol, un rol que no podía imaginar ni siquiera después de haber escuchado los votos del jurado. "Pensé que tenía 5 votos y que la Reina era Yohana -candidata de Rawson-. Por eso me sorprendí tanto cuando Pascual Recabarren dijo mi nombre. Creí que me estaba haciendo un chiste. Pero a la vez dije: No, no puede hacer esto ahora. Recién ahí me di cuenta de qué estaba pasando", cuenta mientras sostiene el cetro con fuerza.

Ahora, Jimena está dispuesta a llevar a cabo su papel del modo más responsable posible, recibiéndose en marzo y dedicándose exclusivamente a ser Reina. Sueña con poder viajar a Jáchal a saludar a su gente, que la esperará con una caravana. Y ya quiere seguir la campaña que inició cuando era candidata para ayudar a los damnificados por las lluvias de hace dos semanas.