Poco a poco, Augusto empezó a acercarse al hombre colorido que casi alcanzaba la copa de los árboles. Imitando a los percusionistas, el niño que no tenía más de 5 años movía sus bracitos con más ritmo. Cuando las chicas le pintaron la cara y le dieron una bandera, Augusto no dudó en mezclarse con los murgueros. Mientras tanto, su mamá lo observaba sorprendida entre el público. Unos minutos atrás, el chico sólo era un espectador del espectáculo que montó la Municipalidad de la Capital, en la Peatonal. Pero ni bien lo invitaron a participar, no vaciló en aprender los pasos de los bailarines y sumarse al festejo que marcó el fin de las vacaciones de invierno ayer, en el microcentro sanjuanino.
Augusto no fue el único que se transformó en murguero ayer al mediodía. Unos 30 niños de todas las edades comenzaron a formar una fila para ser maquillados. Las nenas terminaron luciendo corazones, mariposas multicolores y mucha purpurina en sus rostros. Mientras que los varones apostaron por los colores de la bandera argentina en las mejillas. Fueron los mismos integrantes de la murga que depende del municipio los que salieron a buscar aprendices de murgueros, en pleno centro sanjuanino. Lo hicieron mientras con el baile y la batucada, ponían calor a una mañana fría.
La murga, compuesta por unos 25 bailarines y acróbatas, irrumpieron sin aviso en la Peatonal. Es por eso que los sorprendidos no sólo fueron los chicos. Hubo muchos turistas que se acercaron a ver el espectáculo y hasta aprovecharon la oportunidad para tomarse fotografías con los pintorescos personajes que hacían mucho ruido entre los comercios.
Por más de una hora, la música opacó el ruido de una perforadora que había a unos metros, porque la comuna está refaccionando el piso de la Peatonal. Y si bien el punto de partida fue la intersección de Rivadavia y Tucumán, los murgueros, seguidos de niños, recorrieron toda la calle, mientras que los papás aprovecharon para registrar el momento hasta con los celulares.
Esta fue una de las actividades que organizó Capital para las vacaciones de invierno. Y como tuvo tan buena respuesta el fin de semana pasado, ayer la volvieron a hacer. El resultado: los chicos volvieron a casa contentos, cansados de bailar y con la cara de todos colores.
