No hubo palco, pero sí unas coquetas sillas cubiertas de tela blanca para los invitados. No hubo miles de personas, por el contrario, sólo los padres, pero todo el sector estuvo vallado con cintas de papel crepé. En vez de las largas avenidas, este se hizo en la calle General Paz, en apenas 3 cuadras desde la Urquiza. Fue todo en menor dimensión, pero igual de emotivo que cualquier desfile de patrio. Ayer, en una marcha de sólo 300 metros y que duró 14 minutos, la escuela Provincia de Buenos Aires, de Capital, debutó en un desfile que fue organizado por sus propios docentes, a falta de participaciones en los encuentros masivos. Y no sólo eso: en el cierre, la sorpresa fue el baile del pericón con la participación de alumnos, maestros, la Directora y hasta la Supervisora, que vistieron trajes típicos y arrancaron furiosos aplausos, en plena calle y frente a la escuela.

La iniciativa de organizar un desfile propio surgió de los docentes, quienes se dieron cuenta de que año a año los alumnos miraban desde afuera estas marchas multitudinarias en cada fecha patria. Entonces, por el Día de la Independencia, el acto común y corriente que iba a hacerse en el patio se convirtió en un desfile.

Para eso, tras los pedidos correspondientes, lograron autorización para cortar la General Paz, de Urquiza a Las Heras. Los mismos profesores colgaron banderitas sobre la calle e hicieron un vallado con cintas de color celeste y blanco. Invitaron a las escuelas de la zona y lograron la representación, con un grado cada una, de la Clara Cortínez, de la Provincia de Santa Fe, del Colegio Luján y de la Escuela Hogar de Vida Juan XXIII. Además, se hicieron presentes los cadetes de Bomberos Voluntarios y hasta la autobomba.

El desfile, en relación a los oficiales, fue veloz y duró apenas 14 minutos. Y los anfitriones se dieron el gustazo de desfilar todos juntos, desde los pequeños de jardín de infantes hasta los mayorcitos de Sexto grado.

Pero los aplausos no se apagaron con el paso de los alumnos, sino que en el final hubo dos sorpresas. La primera, cuando tres maestros y dos alumnos, que se cambiaron volando tras el desfile, salieron a la calle vestidos de paisanos y bailaron un gato y una chacarera. Y la segunda fue en el cierre, cuando los mismos bailarines, más otros alumnos y un profesor, se despacharon con un pericón que tuvo la participación de la directora y la supervisora. Los padres aplaudieron a rabiar y al grito de "Viva la Patria", los pañuelos celestes y blancos de los bailarines se unieron en el final.

"No puedo explicar la alegría por ser parte de todo esto. La patria se consolidó en 1816, pero la reafirmamos día a día, como en esta unión de padres, alumnos y docentes", dijo emocionada Rosa Tillán, la Supervisora que se animó al pericón.