Para él fue el Mundial más especial. A sus 39 años, ser convocado a una nueva cita ecuménica resultó como una caricia al alma y él quiso tomarse revancha. Ayer, David Páez expresó que este Mundial fue singular para él, y tuvo una dedicatoria especial para su hijo Nicolás, que viajó hasta Mendoza junto a José Luis Paéz y después se dio el gusto de viajar con su progenitor en el colectivo con el plantel. ‘Este Mundial significó mucho para mí. Yo desde que me llamaron soñé cada noche con vivir esto, la pasé muy mal porque el día previo a la final casi no pude dormir de la ansiedad que tenía. Por suerte todo salió como lo esperábamos. Tenía como sueño que mi hijo me viera jugando y siendo campeón del mundo y gracias a Dios se dio. Así que tengo una felicidad enorme’, contó en pleno viaje desde Mendoza a San Juan.

Después, agregó: ‘Con este Mundial cierro una etapa en mi vida, ya no tengo nada más para brindarle al hockey’, contó. Su hermano José Luis, después expresó: ‘Tengo una envidia sana de lo que está viviendo mi hermano. Es especial para él y lo entiendo. Él no le debe nada al hockey y con este título, el hockey no le debe nada a él’, sostuvo emocionado otra gloria del hockey sanjuanino.