La mayoría de las propuestas electorales conocidas en los últimos meses, tanto en la Capital como en el resto los departamentos, incluyeron mejoras y el mantenimiento de los espacios verdes como un objetivo prioritario, en respuesta al reclamo de los vecinos y con el fin de mejorar las condiciones ambientales. Sin duda, teniendo en cuenta el estado en que se encuentran la mayoría de las plazas y plazoletas, la meta será difícil de alcanzar y llevará a que cada municipio emprenda una tarea siempre amenazada por la desaprensión de los vándalos que no respetan a estos espacios destinados a la recreación de niños y adultos.
Por cada municipio hay en promedio una media docena de plazas y varias decenas de plazoletas que requieren mantenimiento permanente de limpieza, restauración de juegos infantiles, cuidado de canteros y control de los sistemas de riego e iluminación que, en ocasiones, no se hace como corresponde por la erogación de fondos que esa tarea representa o por la propia desidia del personal municipal que no pone todo su empeño.
Para poder dar cumplimiento a las promesa de campaña será necesario que cada municipio no sólo invierta tiempo y dinero, sino que encare una campaña de concientización de la población que apunte a preservar estos ámbitos públicos. Sin un comportamiento adecuado de la gente, las plazas y plazoletas nunca lucirán con la estética y el esmero que observamos en países avanzados. Para defender la integridad de los espacios verdes hay que encarar una acción conjunta entre municipios y vecinos basada en el cuidado responsable de estos predios en busca de asegurar una mejor calidad de vida.