La distribución del agua de riego en la provincia es una preocupación tan antigua, que se remonta a los aborígenes y se agrava tanto por los ciclos naturales de escasez o abundancia y como consecuencia de la expansión de la frontera agrícola. Hace poco señalábamos en esta sección editorial la necesidad de que San Juan cuente con una política de Estado que establezca un modelo estructural para el usufructo del recurso hídrico superficial y subterráneo, en todos los aspectos.

Si existiera una estrategia para superar la emergencia actual, no deberían existir tropiezos operativos, como la desprolijidad en la distribución del agua de riego por falta de personal para cubrir las vacantes que dejan los celadores y llaveros que se jubilan, un viejo reclamo de los productores que el Gobierno prometió solucionar hace cinco años.

Por ello la Federación de Viñateros denunció la semana pasada el agravamiento de la falta de personal, responsabilizando al titular de Hidráulica por este problema, ya que hace falta un celador por cada 500 hectáreas como mínimo para ejercer el papel de guardián del agua, tarea de ordenamiento fundamental ante la escasez. El funcionario ha reconocido esa falta de personal, pero apunta a soluciones burocráticas incompatibles con los tiempos vegetativos, no obstante las facultades que le otorga la ley 8243 de hacer designaciones.

San Juan padece la peor crisis hídrica de los últimos 100 años y se debería priorizar la optimización el uso del escaso caudal de nuestros ríos, disponer de una red eficiente de pozos para activarlos de inmediato, y buscar financiamiento especial para tecnificar el riego, como también prever defensas y canalizaciones contra torrentes aluvionales o crecidas en épocas de abundancia.

Lejos de estas proyecciones para sostener al pilar de la economía provincial, el debate actual se plantea en el faltante de personal de hasta un 40%, según la Junta de Riego de Pocito, una situación que además alcanza Chimbas, Rivadavia y Santa Lucía. Precisamente, en el caso de Pocito, con 20.000 hectáreas bajo riego para 2.140 usuarios, hay 9.300 hectáreas sin celadores, es decir sin control de policía para garantizar la justa distribución del agua en esas propiedades.

San Juan debe tener un modelo de desarrollo pensado en la evolución de la agricultura moderna basada en la ciencia, la innovación y la tecnología. El 97% de los agricultores del mundo se encuentra en países en desarrollo y en ese escenario debemos exhibir una dinámica altamente competitiva.