Los jugadores festejaron el campeonato con mucha euforia. Primero dentro de la cancha donde dieron la vuelta olímpica. Una vez que salieron del camarín, se pusieron a bailar y a tirarse en la cisterna que contiene agua y que está en la parte delantera de los camarines. Bailaban y gritaban al sonido del cuarteto y del “dale campeón, dale campeón”. Posteriormente, se subieron a la parte trasera de una camioneta para comenzar la caravana. Salieron del club, transitaron por calle Hipólito Irigoyen, luego por la Avenida Rawson y así llegaron a la Plaza 25 de Mayo, donde dieron varias vueltas. Alrededor de 10 autos colmados los seguían con banderas y a bocinazos. El último festejo será la próxima semana, cuando la dirigencia organice una cena para homenajearlos. Se habla que también estarían presentes como invitados especiales los jugadores que salieron campeones en 1988.
