Familiares de víctimas de los devastadores tsunamis que golpearon el centro y Sur de Chile presentaron ayer la primera demanda contra el Estado, cuyos organismos no habrían alertado a tiempo sobre las grandes olas provocadas por el potente terremoto de 8,8 grados Richter del 27 de febrero.
La demanda judicial, que podría salpicar a hasta la ex presidenta Michelle Bachelet, ocurre un día después de que la Fiscalía Nacional abrió una investigación sobre la cuestionada actuación de la oficina de emergencias y de la Armada en medio del desastre que dejó más de 500 muertos, según datos de la policía.
"Todas las autoridades, independientes de su investidura, tendrán que prestar declaración ante el Ministerio Público, es imprescindible y necesario para llegar a la verdad y que en definitiva se haga justicia. Nadie puede excusarse frente a la
justicia", dijo el abogado Alfredo Morgado, a cargo de la demanda.
La acción legal, que se presentó en un juzgado de Santiago, es por la muerte de las hermanas Nancy y Eliana Lema Morales, quienes fallecieron en el pueblo de Dichato en la región del Bío Bío, a unos 480 kilómetros al Sur de Santiago, arrastradas por las gigantescas olas que barrieron con la costa del centro y Sur de Chile.
La demanda es contra quienes resulten responsables de "cuasi delito de homicidio" y fue interpuesta por Hugo Fuentealba, viudo de Eliana Lema, y su hijo Rodrigo, quienes se salvaron nadando en medio de las olas que azotaron a Dichato.
Según explicó Morgado la familia de Hugo Fuentealba, después del sismo se apresuraron a subir a los cerros más cercanos para resguardarse del mar.
Mientras esperaban el amanecer, la familia sintonizó una radio argentina, a través de la cual oyeron el mensaje de la entonces presidenta del país, Michelle Bachelet, que tranquilizaba a la población asegurando que no había riesgo de tsunami. Tras oír el mensaje, la familia decidió retornar a su alojamiento.
En la querella, Fuentealba relata que escuchó "en una radio de Córdoba, Argentina (que) el locutor dijo que tenían contacto con la televisión chilena. Habló la presidenta (Michelle) Bachelet y dijo que estuviera el pueblo tranquilo y recalcó que no había tsunami en ninguna costa de Chile. Eso fue a las 5.40".
"Le dije a mi esposa que bajáramos porque no había tsunami. Dejamos el auto a 70 metros de la casa. Entré y estaba entera. Escuché la bocina del auto y vi que el mar arrasaba con todo. El agua me sumergió y me pude agarrar de un árbol. Bajo el agua vi que mi señora estaba dentro del auto, fallecida. Mi cuñada apareció 200 metros más allá, muerta", dijo Fuentealba.
Durante los minutos y horas posteriores al terremoto de magnitud 8,8, la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) y la oficina de la Armada encargada de alertar maremotos no pudieron ponerse de acuerdo en la emisión de una alerta de tsunami.
Un reportaje de la televisión estatal mostró cómo un funcionario de la unidad de la Armada a cargo de alertar maremotos informó a la Onemi de variaciones menores en el nivel del mar que, aseguró, no constituían tsunamis en localidades que
fueron devastadas por una serie de olas gigantes.
Tras el incidente, la entonces directora de la Onemi renunció, mientras que el jefe del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico (SHOA) fue destituido.
La Onemi acusó al SHOA de darle información poco clara y de descartar el peligro de grandes oleadas en la zona costera como consecuencia del terremoto.
En total, el terremoto y los tsunamis han dejado más de 500 muertos identificados, aunque la cifra sería muy superior ya que hay al menos 130 denuncias por presunta desgracia, debido a que muchas personas permanecen desaparecidas luego de que los tsunamis borraron casi por completo varios pueblos costeros.
