Señor director: 
Recientemente me tocó vivir una experiencia muy desagradable. Viajaba en un remís desde la ciudad de San Juan hasta Caucete, cuando la operadora de la remisera informó al chofer que al llegar a destino, se encontraría con un accidente de tránsito ocurrido sobre Diagonal Sarmiento, frente a la sucursal local del Banco San Juan. 

Recién estábamos saliendo de la ciudad capital, cuando se informó sobre el evento. Demoramos unos 40 minutos en llegar. Al arribar al punto indicado, todavía había gente en el lugar donde se había producido el accidente, porque había una persona sobre el pavimento sin recibir auxilio médico. Un automóvil había atropellado desde atrás a una mujer que transitaba en bicicleta, por lo que había sufrido una caída de consecuencias impredecibles. 

La gente esperaba impaciente que llegara una ambulancia, la que había sido solicitada con urgencia. Pasaron 10 minutos más hasta que el móvil llegó, siendo que el Hospital Regional de Caucete no está a más de 10 cuadras del lugar. Es decir que desde que se produjo el accidente hasta que la mujer fue levantada para trasladarla al hospital transcurrió casi una hora. 

Desconozco cuál fue el destino de la mujer. Si llegó a tiempo al centro de salud para ser atendida o si fue necesario derivarla, como es costumbre, al Servicio de Urgencias del Hospital Rawson. Pero lo lamentable es la lentitud con que funcionan los servicios de salud, de cuya rapidez, la mayoría de las veces, depende que se salve una vida.