Una de las maneras en que demostramos nuestro espíritu navideño es recordando que la Navidad es la mejor época el año para obsequiar lo mejor de nosotros.

Dar es un gesto de desprendimiento más que de generosidad, ya que más da quien teniendo poco se preocupa por mostrar un gesto desinteresado, pero como sabemos que estamos dando y que lo que damos produce un efecto bonito en quien lo recibe.

Cuando obsequiemos debemos hacerlo con conocimiento de la persona, un obsequio es el símbolo del aprecio sincero y de nuestra manera de homenajear; cuando obsequiemos aunque el regalo sea sencillo debe contener un mensaje que demuestre que es dado de corazón y no como una manera de quedar bien.

El regalo lleva intrínseco nuestra manera de observar y lo que pensamos de quien le recibe, por eso antes de elegir lo que vamos a obsequiar debemos tener en cuenta que más que el valor monetario es el valor sentimental que este encierra.

La tradición de poner los obsequios bajo el árbol de Navidad simboliza que cada miembro de la familia es muy importante y que le auguramos lo mejor en el año que comienza. Si usamos las medias o botas navideñas es por lo general para tarjetas o mensajes de amor y paz. El obsequio de Navidad debe darse después de las doce campanadas y con un abrazo sentido que refleje lo mucho que amamos y nos importa esa persona.

Recordemos que la Navidad es el mejor momento para pedir disculpas por algún asunto que nos distanció durante el año, y la mejor manera de olvidar algún resentimiento guardado.

Envolver un regalo dice mucho de quienes somos, además lleva impreso el sello o la marca de nosotros, obsequiar es algo muy significativo tanto para el que obsequia como para el que recibe y más si es un niño, es así como el empaque se convierte en un detalle importante para que el presente represente ese mundo de ilusión.