Que roben uno que otro animal no es novedad, pero que se pierdan más de 100 cabezas de ganado vacuno de una misma zona en los últimos meses es llamativo. Esto es lo que denunciaron el fin de semana en Jáchal siete productores que aseguran que bandas de cuatreros robaron esa cantidad de vacas de los campos en Gualcamayo, en el límite de San Juan y La Rioja.
La presentación la hicieron cinco ganaderos de la localidad riojana de Guandacol y otros dos jachalleros en la subcomisaría de Villa Mercedes, Jáchal. La sospecha es que están arreando los animales robados hacia otro departamento de La Rioja o al Norte de Iglesia, por eso hablaron con el juez norteño Carlos Mateos para que pida la colaboración de Gendarmería en los controles. Los riojanos recurrieron a las autoridades sanjuaninas porque no reciben respuestas en su provincia.
Uno de ellos es Ramón Horca, un comerciante y ganadero riojano que tiene sus animales en el paraje El Letrero, en el límite con San Juan. "Siempre se pierden uno o dos animales porque están en el campo, pero esta última vez fueron muchos. Fui a principio de abril y estaban todos. Volví el 27 de abril a ver a los animales y ya me faltaban 15. Los buscamos hasta hace unas semanas, pero no los encontramos. Después, preguntando a otros vecinos, me enteré que a ellos también les habían robado muchas cabezas. Esto no es común", relató Horca. Otro que denunció los robos es Inocencio Yañez, al que le sustrajeron 30 vacas de su puesto llamado La Bolsa. Y así, hay tres ganaderos riojanos que denunciaron en Jáchal hechos similares. El denominador común es que todos tienen su ganado en la extensa zona de Gualcamayo, en el límite interprovincial.
Del lado de San Juan, uno de los más perjudicados es el jachallero Timoteo Alcaraz que cría su ganado en la estancia Abra Grande. "Sólo a mí, me robaron al menos 50 animales. Somos siete puesteros los que hicimos la denuncia, pero son muchos más a los que le vienen robaron. No sabemos quiénes son los ladrones y de dónde vienen, pero lo hacen a caballo o a mula. A mi ver, es gente que conoce muy bien el campo", dijo. Los ganaderos explicaron que, como ellos no están todo el tiempo en sus propiedades, los cuatreros aprovechan sus ausencias para arrear algunos animales, a los cuales le cortan parte de las orejas para borrarle las "marcas de sangre".
"En Guandacol hicimos denuncias y exposiciones, pero parece que hay vía libre para todo, nadie hace nada. Parece que acá no hay justicia", afirmó Horca. El mismo productor descartó que sean robos al azar, pues "se ve que es gente que anda detrás de nosotros vigilándonos porque en una ocasión me robaron solamente las tres vacas que estaban preñadas". La preocupación es tal que, ahora, los puesteros que son vecinos se turnan para cuidar los animales de una y otra hacienda.
