Dos buques pesqueros chinos, que incursionaban en la zona económica exclusiva de la Argentina, fueron detenidos por el guardacostas "Thompson” de la Prefectura Naval, tras una persecución y disparos intimidatorios para impedir la fuga y obligados a dirigirse a Comodoro Rivadavia, donde se abrió una causa judicial. El incidente de las naves "Lu Rong Yu 6177” y "Lu Rong Yu 6178”, con base el puerto de Shidao en China, desde donde partieron el 23 de octubre pasado y detectados frente a Puerto Madryn, 400 kilómetros mar adentro, no es un hecho aislado sino la sistemática rapiña en nuestras aguas jurisdiccionales. Son parte de flotas con buques factorías, que reciben la captura de los pesqueros piratas, como los detenidos, que entran y salen en zigzag para no ser localizados, congelan la mercadería, y luego la transbordan a barcos de gran tamaño que esperan fuera de la zona exclusiva.
Pero el daño económico no termina ahí, sino se agrava mucho más porque los piratas, como los chinos, utilizan una técnica prohibida llamada "pesca de arrastre”. Consiste en sacar del mar todo lo que encuentran arrastrando las redes por el fondo, por lo que van destruyendo el hábitat de miles de especies. Luego de seleccionar lo que les interesa, al resto que ya está muerto, lo arrojan nuevamente al mar. Por ello la Prefectura debe contar con equipos de vigilancia moderno para frenar a los depredadores de potencias económicas que imponen restricciones al ingreso de nuestros productos con proteccionismos mezquinos. Son los invasores que utilizan alta tecnología desde los sonados casos de los buques españoles detenidos en 2006 y de Taiwan y Corea, que dieron lugar a procesos judiciales con derivaciones políticas y diplomáticas.
