Se ha suscitado una diferencia notable entre funcionarios de la actual administración de la república y algunos dirigentes de la oposición, respecto al "’derribo” o no de los aviones no identificados de los narcos en el espacio aéreo de nuestro país.
Como es sabido en Brasil, cuando los organismos de seguridad detectan un avión dentro de su territorio, que por la forma de actuar de sus pilotos, no acatan la orden de bajar al aeropuerto más cercano, los aviones de la Fuerza Aérea de Brasil, están autorizados para derribarlos, lo que se conoce como la Ley de Derribo.
Esto ha hecho que esos aviones en lugar de aterrizar en suelo brasileño, para dejar sus mercancías, no pasan por Brasil y sí lo hacen en Argentina, donde en nombre de la Ley, pueden aterrizar en los varios centenares de pistas clandestinas existentes en nuestro país.
Sorpresivamente el senador Nacional, Aníbal Fernández, indicó que la aplicación de una Ley de Derribo en Argentina equivale a "’una pena de muerte sin derecho a defensa”.
También sorpresivamente desde hace un tiempo la Gendarmería Nacional, cuya misión es cuidar las fronteras de la patria, ha sido derivada en una preocupante proporción a las ciudades, con el pretexto de controlar los hechos delictivos, parecería que las policías municipales, provinciales o federales, no son capaces de hacerlo.
Lo cierto es que da pena ver a los gendarmes, preparados para las más duras contingencias de las mafias en las fronteras, estén ubicados en las rutas y hasta en las ciudades, controlando si la gente que se desplaza en vehículos, lleva puesto el cinturón de seguridad, las luces prendidas, haciendo irritantes multas y lo peor es que al ver a los gendarmes en estos menesteres, el común de la gente en lugar de sentirse protegida, no ven a dichos gendarmes como a sus protectores, sino como a sus verdugos.
Hay algo innegable, cuando la mafia de la droga irrumpe en un país, es porque existe complicidad de parte de su dirigencia política y judicial.
Ellos, los narcos, sí pueden matar sin "’derecho a defensa”, como por ejemplo los más de 200 muertos por las mafias en Santa Fe en lo que va del año y pueden secuestrar y matar a ciudadanos comunes "’sin derecho a defensa”, o como sucede todos los días en el país una infinidad de jóvenes perdidos por el consumo de las drogas que los narcos introducen o producen, matan "’sin derecho a defensa” a personas de bien, cuyo único defecto es trabajar para constituir una familia digna, y lo peor es que bajo los efectos de los estupefacientes sus crímenes no son condenables, crímenes que directamente son atribuibles a quienes comercian con la droga.
Es cierto que hay que preservar las leyes de la Democracia, pero esas leyes deben adecuarse a los tiempos, caso contrario no sirven.
(*) Doctor (Ph.D) Ingeniero.
