El presidente electo, Mauricio Macri, se mostró confiado en tener ‘un buen diálogo‘ con el peronismo a partir del 10 de diciembre, aunque descartó que algún dirigente de ese sector integre el nuevo Gobierno al advertir que ‘van a ser parte de la oposición‘.
En tanto, al armador político del PRO en el frente Cambiemos, Marcos Peña, aseguró que la estrecha diferencia que consiguió en el balotaje por sobre Daniel Scioli ‘no afecta en nada‘ la gobernabilidad ni refleja ‘un país partido en dos‘.
Más allá del triunfo en el balotaje presidencial, Macri asumirá su gobierno con sólo cinco provincias aliadas y con la mitad en manos de gobernadores justicialistas, además del predominio del Frente para la Victoria en el Congreso ya que conservará la primera minoría en Diputados y el número de bancas que posee en el Senado lo dejará al borde del quórum propio.
‘Con el peronismo vamos a tener un buen diálogo en el Congreso para conseguir las herramientas para poner el país en marcha. Vamos a sumar acuerdos que nos van a dar el comienzo de un gobierno con otra dinámica, lo que no significa que ellos integren el Gobierno, ellos van a ser parte de la oposición‘, aseguró Macri.
En ese sentido, agregó que ‘hay un enorme espacio para este tipo de diálogo‘, y resaltó que ‘hasta el candidato (Daniel) Scioli fue girando en las últimas semanas para hablar de los temas que antes negaban‘.
‘Los mismos gobernadores del PJ coinciden con los problemas que existen en las economías regionales, y eso nos va a ayudar a sentarnos en una mesa y trazar metas comunes. En las próximas semanas vamos a empezar‘, agregó.
Para ir al diálogo, los mandatarios peronistas ya están en conversaciones para armar la ‘liga de gobernadores’, una idea que comanda el eterno gobernador de Formosa, Gildo Insfrán. Y el Congreso será la moneda de cambio ya que para avanzar en la aprobación de leyes clave, Macri está obligado a negociar porque está con amplia desventaja en Diputados y sin capital en el Senado.
Hay varias provincias con problemas para pagar sueldos y vienen arrastrando un rojo en sus cuentas que obliga a los gobernadores a tender puentes con la Nación. Esta es la llave que abrirá el diálogo.
Por su parte, Marcos Peña minimizó la escasa diferencia con la que terminó el balotaje presidencial en favor de Macri, y descartó que eso pueda traer problemas de gobernabilidad. ‘Hay un alto nivel de acuerdo respecto a los desafíos de la Argentina que viene y esa es la base para construir una agenda de gobernabilidad distinta que la que planteamos hasta ahora que siempre se han planteado dos trincheras y a partir de ahí tirarse piedras‘, destacó.
