Un mesón rústico de madera, macetas con flores, una manta tejida al telar, varias vasijas con pan casero, botellas de salsa y abundantes espárragos frescos llamaron la atención de la gente que, ayer pasado el mediodía, circulaba por el Centro Cívico. Esto porque la Plaza Seca se transformó en algo parecido a un set de televisión donde se improvisó una cocina bien campestre. Con el correr de los minutos, el público que se apostó en las tribunas aprendió recetas a base de aceite de oliva. Se preparó desde tomaticán hasta una pizza de verduras y de postre, un budín de naranja. Fue posible porque en el marco de Argoliva, el programa de la TV Pública Cocineros Argentinos desembarcó en la provincia.

El aroma a las costeletas de cerdo fue irresistible pasada las 14. Mientras que Jimena, una de las cocineras, firmaba autógrafos, Julio Cruz, el chef local que acompañó en el programa, se dedicó a preparar el cerdo. Una plancheta, mucho aceite de oliva, verduras multicolores y mate de por medio, fue la receta justa que atrajo a una multitud que no dudó de permanecer de las 14 a las 16, que es lo que duró la transmisión en vivo del programa.

La Plaza Seca fue un enorme set de televisión. En un sector estaban las cámaras, pantallas, micrófonos y asistentes que hacían posible que todo saliera ajustado, en tiempo y forma. En el otro lado, la mesa llena de productos bien locales. Ayer se apostó a comidas típicas de San Juan. Pero todo con un toque de aceite de oliva que fue lo que marcó la diferencia. Así, los cocineros, expertos en el manejo del público en vivo, cocinaron para las cámaras, pero no dudaron en interactuar con la gente, de dictar las recetas en los cortes y hasta de tomarse fotos con quienes se acercaban en el lugar. En un comienzo la gente se apostó en las tribunas que están en el sector Oeste, pero con el correr de los minutos fue tanto el público que llegó que hasta hubo niños sentados en el piso y mucha gente apostada contra las vallas.

Si bien el staff de Cocineros Argentinos ya pasó por la provincia, los escenarios donde montaron su cocina fueron otros. Pasaron por el dique de Ullum, por la Casa de Sarmiento y hasta por el INTA. Pero nunca imaginaron la buena convocatoria que iban a tener en el corazón del Centro Cívico.

Aplausos, pedidos de recetas y mucho entusiasmo fue lo que sobró entre el público que hizo el aguante a los cocineros mientras se emitió el programa. Incluso hubo empleados de las distintas reparticiones que optaron por quedarse en el lugar aun cuando habían terminado el horario de trabajo. Previo a esto y para entrar en calor, en el marco de Argoliva, realizaron degustaciones de aceite dentro del edificio, algo que llamó mucho la atención.