La distonía neurovegetativa es un síndrome clínico muy frecuente que afecta casi siembre a sujetos adolescentes o jóvenes de menos de 45 años de edad. En estos individuos, el sistema nervioso vegetativo está desequilibrado a causa de estímulos perjudiciales, como el tabaco, el café, las emociones, los sobreesfuerzos. Por su parte, las intoxicaciones, dolores, emociones, infecciones, traumas síquicos o físicos, pueden dar origen a un estado de estrés el cual, a su vez, puede causar diversos efectos sobre vasos sanguíneos, músculos, estómago, vejiga urinaria, intestino grueso (colon), hígado y vesícula biliar, corazón y útero.

El sujeto afectado despierta con fatiga, con rasgos de individuo agotado o con neurosis depresiva. Con frecuencia la atención de estas personas acaba prontamente y tienen tendencia a la tristeza. Hay problemas para conciliar el sueño, y al dormirse despiertan sobresaltados por pesadilla. Algunos de estos enfermos pueden presentar náuseas, sensación de nudo en el estómago, diarrea o bien estreñimiento, palpitaciones, presión arterial inestable, pies fríos, sofocos inmotivados, sensaciones de vértigo, ruidos de oídos. Muchísimas mujeres tienen la sensación de que al respirar, el aire no penetra en la totalidad de los pulmones. Puede suceder a veces, que el paciente experimente que su temperatura aumenta en décimas cada tarde, y se convierte en un obsesivo febricular. Asimismo suele disminuir la facultad de poder realizar el acto sexual; aparecen también, dolores de tipo reumatoideo, dolor de espalda, y en el caso de la mujer, trastornos de la menstruación.

Algunas de las pautas para un tratamiento natural de la distonía neurovegetativa son, ante todo, la de corregir los malos hábitos de alimentación y de vida, y tratar los males físicos que existan, como estreñimiento, etc. Y si el caso lo requiere, hacer sicoterapia. También debe hacer el paciente cura de reposo, relajación muscular y mental. Asimismo evitar disgustos y preocupaciones y leer libros estimulantes. Tener una ocupación agradable, hacer viajes y paseos, tener una temporada de descanso en el campo, playa o montaña. Hacer gimnasia física y respiratoria, trabajos livianos de jardinería, paseos descalzo en césped húmedo. Beber infusiones de melisa y pasionaria. El pronóstico de esta afección es bueno, tratándose de un proceso funcional sin que haya afecciones orgánicas, y los trastornos debidos a la hipermotividad del paciente.

(*) Médico. Mat. Prof. 1760.