Una mujer intentó sacar a su marido quebrado en una camilla del servicio de urgencias. Una joven mamá levantó en brazos a su pequeña hija y quiso salir corriendo de la terapia pediátrica, mientras un niño corría llorando por los pasillos del tercer piso tratando de buscar a su madre. Escenas como éstas se vivieron dentro del Hospital Guillermo Rawson, donde hubo corridas, gritos y momentos de desesperación por los niños y adultos internados que no podían moverse de las salas.

La situación fue más tensa en pediatría, en los pisos superiores del nosocomio. Y es que los guardias clausuraron los ascensores y se pusieron en las puertas de los internados para no dejar salir ni entrar a nadie, relataron los parientes de los enfermos. Yonathan Illa, que tiene a su hija de 9 meses en terapia, relató que “mi mujer se metió igual, desenchufó los cables que tiene conectado mi nena y la levantó para correr hacia afuera. Menos mal que la paramos y le hablamos hasta que se tranquilizó”. Lo mismo dijo Jesús Pérez. Sucede que su esposa cargó a su nene enfermo de 2 años y abandonó la sala. “Venía corriendo con el niño y la frenaron. Todos estaban nerviosos y los niños lloraban. Un chico iba y venía gritando por el pasillo porque no encontraba a su mamá”, contó Pérez. En el Servicio de Urgencias también hubo pánico. “Nos pedían que nos calmemos, pero mi hermana agarró la camilla en la que estaba acostado mi cuñado y la llevó empujando para la puerta”, según Margarita Reinoso, quien al igual que muchos otros parientes escaparon a la vereda.