Leandro llevaba 15 minutos en la parada de colectivos. Había llegado de San Rafael, Mendoza, para retomar los estudios que cursa en la provincia. Cuando salió de la Terminal de Omnibus se topó con las calles cortadas y el inconveniente de no saber dónde tomar el colectivo. Un policía le indicó que podría hacerlo por Avenida Rawson, Libertador ó 9 de julio. Con cara de fastidio, el muchacho se marchó con los dos bolsos a cuestas. Desde la 9 de la mañana las calles Rivadavia, Estados Unidos y General Paz fueron cortadas con motivo de la visita presidencial. Medida que provocó el repudio de los pasajeros.

"Hace cinco minutos me dan el alta y me duele la herida de la cesárea que no puedo ni caminar -se quejaba una mujer que cargaba a su bebé recién nacido en brazos, mientras se tomaba el vientre con gesto de dolor-. Yo no puedo llegar tan lejos para tomarme un remís o colectivo. Cómo se le ocurre a esta mujer venir justamente hoy día".

Tanto fuera como dentro de la terminal, el clima era el mismo hasta pasadas las 13:30: disconformidad y desorientación. La gente se quejaba porque ni siquiera se había anunciado con anticipación qué calles iban a permanecer cortadas, a partir de qué hora, el recorrido que iban a hacer los colectivos, ni dónde iban a parar los taxis y remises. "Aunque sea hubieran puesto un cartel con información para los pasajeros", exclamó una maestra jardinera mientras llamaba a la directora de la escuela donde trabaja para avisarle que llegaría tarde. Quiso atravesar la valla policial ubicada en la esquina de Estados Unidos y Santa Fe para llegar hasta la Avenida Rawson. No pudo. Los efectivos policiales no dejaban pasar a nadie. Ni siquiera a los médicos y enfermeros que trabajan en el Hospital de Niños.