La necesidad de achicar la deuda social con los pobres y la importancia de crecer en justicia y solidaridad, han sido las premisas del reciente llamado de la Iglesia católica a los gobernantes y políticos en campaña, reflejadas en el documento final de la Semana Social 2015, el encuentro celebrado en Mar del Plata por la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, como lo hace anualmente para analizar la situación de los sectores más necesitados y las políticas para asistirlos.
Es probable que los acontecimientos electorales y deportivos que ocuparon el último fin de semana la atención pública de los argentinos, hayan eclipsado este llamado de los obispos y volcado en un documento, que en esta edición tuvo la consigna: "¿Globalización de la indiferencia o globalización de la solidaridad?”, interrogante en el que se hace hincapié en el compromiso firmado por los representantes de distintas fuerzas partidarias participantes en la reunión, a fin de lograr que la lucha contra el narcotráfico sea efectiva, de manera que se convierta en política de Estado porque, según se remarcó, la corrupción provoca muerte y daña el tejido social.
Además el manifiesto recurre a citas previas de la Comisión Episcopal Argentina para plantear que este año electoral debería ser un momento propicio para iniciar un examen de conciencia colectivo y como sociedad proponerse metas exigentes que estimulen a crecer en la cultura del trabajo y del encuentro. Es que apuntando a esta renovación de diferentes autoridades gubernamentales, los obispos dijeron que no se confunda ayuda con búsqueda de beneficios o clientelismo y formularon el compromiso a promover no la dádiva paternalista, que ofende y sumerge en postración, sino la promoción humana fruto de la fraternidad y la igualdad, según aclararon.
Esta edición se sustentó en el planteo del papa Francisco que contrapone la cuestionada globalización de la indiferencia con su reclamo de expandir sin límites la solidaridad, a la que ha resaltado como "mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos”. Y la vincula con la lucha contra la pobreza, desigualdad, falta de trabajo y negación de derechos sociales y laborales, o como rubricó monseñor Casaretto en el foro: "Seguimos haciendo estos aportes para que esta solidaridad se haga presente en la vida argentina.”
