Sesenta y un años tuvieron que pasar para que la familia de los Habsburgo recuperara todos sus derechos sobre el llamado "Castillo de Drácula". El Estado rumano cedió ayer a sus legítimos propietarios la fortaleza medieval que supuestamente inspiró al irlandés Bram Stoker para describir el castillo de su célebre personaje, el Conde Drácula. Así, todo queda en la nobleza, y el Castillo pasa oficialmente a manos del Archiduque Dominic de Habsburgo, hijo de la princesa Ileana de Rumania.
El Castillo de Bran (su verdadero nombre) está situado en la provincia de Brasov, en el centro de Rumania. Los primeros pasos para que volviera a manos del Archiduque se dieron hace tres años y, aunque llegó a estar en venta a un precio récord en 2007, fue administrado por el Estado rumano.
El monumento histórico del siglo XIII había sido incautado a la familia real de Rumania por el Gobierno comunista en 1948. Es uno de los grandes atractivos turísticos de ese país por su supuesta relación con el Conde Drácula y con su inspirador, el señor de la guerra del siglo XV Vlad Tepes y por su supuesta historia como residencia de la familia real en la época de oro de este Estado balcánico, entre final del siglo XIX y principios del XX.
Más allá del uso tradicional que pueda darle la familia de los Habsburgo al castillo recuperado, el Conde Drácula y sus mitos prometen ser siempre rentables y divertidos.
