La protestas policiales en reclamo de mejoras salariales mantuvieron en vilo ayer a los gobiernos de cuatro provincias que agotaron sus esfuerzos para desactivar los conflictos en medio de un alerta rojo por miedo a que se repitieran los violentos saqueos y asaltos de la noche del martes y madrugada del miércoles en Córdoba.
La Rioja, Neuquén, Río Negro y Catamarca fueron noticia durante todo el día y encendió alarmas en la Casa Rosada, que a través del jefe de Gabinete Jorge Capitanich, salió a explicar que el Gobierno ‘implementa acciones ‘preventivas y planificadas‘ para evitar un ‘efecto contagio‘.
Aunque el primer conflicto estalló primero en La Rioja donde la crisis arrancó en la tarde del jueves y se solucionó ayer al firmarse un acuerdo de aumento salarial -tras una noche agitada con varios saqueos y detenidos-, el más crítico tuvo epicentro en la misma Casa de Gobierno de Catamarca. Allí, un grupo de policías acompañados por sus esposas, ingresaron violentamente al hall de la sede gubernamental y se enfrentaron a los tiros con miembros de Gendarmería que intentaban desalojarlos con gases lacrimógenos. La batalla campal dejó un saldo de al menos cuatro policías heridos con balas de goma.
En el marco de los enfrentamientos, en los que la fuerza provincial usó armas reglamentarias, los policías que permanecían en la Plaza 25 de Mayo, frente a la sede gubernamental, se declararon en autoacuartelamiento y convocaron a sus pares del interior a sumarse a la protesta.
Fueron horas de alta tensión que incluyeron sendas reuniones ya que la primera oferta de aumento del 40 por ciento fue rechazada, tras los cual la gobernadora Lucía Coparcci elevó la propuesta: de los 8.000 pesos de salario de bolsillo, que propuso inicialmente, se pasó a 13.000, según las categorías. Así logró poner fin al conflicto, mientras Gendarmería recorría las calles de la capital provincial para custodiar casas y comercios.
Como ocurrió en Córdoba, los policías también reclamaban por uniformes, mejoras en ART, abonos de transporte, créditos blandos y viviendas.
Las esposas de policías también se pusieron al frente de la protesta policial en reclamo de mejoras salariales en Neuquén, mientras que los uniformados de la Policía de Río Negro se congregaron en la Unidad Cuarta de la ciudad de Cipolletti. Y aunque pasado el mediodía habían aclarado que no se trataba de un autoacuartelamiento porque quienes estaban autoconvocados eran a gentes que habían terminado su turno y estaba fuera de servicio, anoche se seguían sumando uniformados con sus esposas y otros familiares. En Neuquén, los policías iniciaron un ‘paro por tiempo indeterminado‘ en demanda de un salario mínimo de 12 mil pesos, mientras familiares de los efectivos ingresaron a la Jefatura en la capital y marcharon en la ciudad. Anoche, el Gobierno anunció una suba, que se hará efectiva con los sueldos de enero. Un agente de menor categoría pasará de recibir de bolsillo un monto de 6.100 a 8.000 pesos. ‘Es el máximo esfuerzo que puede hacer la provincia‘, dijo el ministro de Gobierno.
