A las 10 de la mañana la humareda y el olor a asado inundaron el predio de la Agrupación Gaucha Cacique Angaco. Es que los gauchos este año quisieron almorzar más temprano para poder disfrutar tranquilos de las destrezas gauchas y de los espectáculos artísticos. Fue ayer, durante la XVIII edición de la Fiesta del Día del Trabajador que se realizó en Angaco, con la participación de unas 2.000 personas.
Lo primero que hizo Daniel Huerta fue encender el fuego cuando llegó al predio a las 9,30. No sólo para almorzar temprano, sino por el tiempo que le iba a llevar hacer el asado para las 20 personas, entre familiares y amigos que lo acompañaron a la fiesta. Y los cálculos le salieron bien. A las 11 ya sirvió las primeras costillas y porciones de pollos. El matambre llegó después, ya que fue el corte que demoró más en cocinarse a punto.
Lechones enteros, todo tipo de embutidos, pollos y diferentes cortes de carne integraron el menú principal de los gauchos que concurrieron a la fiesta. Y que se animaron a tirar algunas verduras a las brasas para acompañar el plato principal. Como la familia Castro que, además de la carne, puso en la parrilla cebollas, pimientos y berenjenas para preparar una ensalada.
Antes del mediodía ya hubo varias familias almorzando. Pero, igual no aminoró la humareda ni el aroma a asado en el predio. Es que la gente que llegó más tarde también eligió este menú para celebrar el Día del Trabajador.
Como a esa hora, el predio ya estaba colmado de gente, quienes fueron llegando tuvieron que dar varias vueltas por el predio para encontrar un lugar disponible donde instalarse, colocar la parrilla y tener una buena visión del campo donde se estaban realizando las destrezas criollas. No fue una tarea fácil, pero que se superó gracias a la solidaridad de los gauchos. Algunos se apretujaron más con sus pertenencias para cederle un espacio a los recién llegados.
