Brasil.- Ante los militantes de los movimientos sociales que la apoyan y la esperaban puertas afuera y frente a los funcionarios del Gobierno que siguen a su lado, la presidenta Dilma Rousseff rompió el silencio tras conocer que será apartada de su cargo por 180 días, para ser enjuiciada tras ser acusada por falsificar fondos públicos durante su mandato.
En el que puede ser su último discurso como presidenta de Brasil, Dilma habló desde la sala Este del Palacio del Planalto sobre la decisión del Senado: ‘Con este juicio político, están en juego las conquistas de los últimos 13 años’, aseguró con el expresidente Lula da Silva a su lado.
Y agregó: ‘Yo fui electa por 54 millones de brasileños. Ahora, con este juicio en mi contra, lo que está en juego es el respeto a las urnas, a la voluntad soberana del pueblo Brasil, a la constitución. Están en juego las conquistan de los últimos 13 años’.
Respecto del impeachment, la mandataria aseguró que es ‘fraudulento, un verdadero golpe’. ‘Desde que fui electa parte de la oposición pidió recontar los votos, intento anular las elecciones y después paso a conspirar abiertamente en mi contra’.
Y afirmó que ‘el único objetivo es tomar por la fuerza lo que no conquistaron con las urnas’, antes de asegurar que está en juego ‘el futuro del país’.
‘No cometí crimen, no tengo cuentas en el exterior, no recibí coimas, jamás fui corrupta’, se defendió la jefa de Estado.
Por otra parte, aseguró que ‘el destino siempre me reservó muchos y grandes desafíos. Algunos parecían imposibles, pero conseguí vencerlos. Ya sufrí la tortura, ahora sufro otra injusticia. Lo que más duele es percibir que estoy siendo víctima de una farsa jurídica y política’. Y agregó: ‘Tengo certeza de que la población podrá decir no al golpe’, dijo.
Antes de concluir, Dilma envió un mensaje al pueblo: ‘Manténganse movilizados, unidos y en paz. La lucha por la democracia no tiene fecha de fin, necesita de nuestro compromiso constante. Siempre vale la pena luchar por la democracia. Jamás vamos a desistir’.
