La oficialista Dilma Rousseff tendrá una mayoría absoluta en el Congreso que asumirá en 2011 en caso de que sea elegida presidenta de Brasil en la segunda vuelta electoral del 31 de octubre. En tanto, si gana el opositor José Serra enfrentará un Legislativo adverso, según el escrutinio de las elecciones del domingo pasado completado ayer.
El nuevo balance de fuerzas en el Congreso quedó parcialmente configurado ayer con la conclusión del escrutinio en la mayor parte de los estados, pero la lista definitiva aún depende de decisiones judiciales, pues el Tribunal Superior Electoral (TSE) no divulgó la votación de candidatos que, pese a estar inhabilitados, eran favoritos del electorado.
Los partidos que apoyan al Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y que apoyaron la candidatura de Rousseff tendrán la mayoría absoluta tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, según los escrutinios.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) con el 46,91 por ciento de los votos, y Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con el 32,61 por ciento, fueron los dos candidatos más votados en las presidenciales del domingo y disputarán una segunda vuelta el 31 de octubre.
En la próxima legislatura, de los 81 miembros del Senado, 52 serán de partidos que apoyan a Lula (64,2 por ciento), 23 de la oposición (28,4 por ciento) y 6 del Partido Laborista Brasileño (PTB), que no está en la coalición oficialista pero cuyos senadores, entre ellos el ex presidente Fernando Collor de Melo, suelen apoyar las iniciativas del Gobierno.
En el Senado se eligieron el domingo dos tercios de su composición (54 senadores).
Como la coalición de centroizquierda de 10 partidos de Rousseff obtuvo más de 50 de los 81 escaños, tendrá poco más de la mayoría del 60 por ciento necesaria para aprobar enmiendas constitucionales. Con el probable apoyo de dos partidos indecisos, Rousseff podría tener hasta 60 sillones en el Senado.
De los 513 miembros de la Cámara de Diputados elegidos el domingo, 402 (78 por ciento), son de partidos que apoyan al Gobierno y 111 (22 por ciento) de la oposición, según proyecciones del portal especializado "Congreso en Foco" con base en los escrutinios.
Eso significa que, en caso de que venza en la segunda vuelta, Rousseff tendrá el apoyo de ambas cámaras, incluso de los tres quintos que necesita para aprobar enmiendas constitucionales: al menos 49 senadores y 308 diputados.
Según analistas, Serra, en caso de ganar, podría ampliar su base parlamentaria mediante una negociación con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor fuerza electoral del país que hoy es el principal aliado del Gobierno de Lula pero que también lo fue del de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003).
"Si Dilma (Rousseff) es elegida tendrá una situación muy cómoda: el apoyo de dos tercios del Congreso y fuerza para aprobar enmiendas constitucionales", dijo Antonio Augusto de Queiroz, analista del Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (DIAP).
"Serra tendría condiciones de formar una mayoría pero no los votos suficientes para aprobar enmiendas, por lo que tendría que negociar con sus opositores", agregó. De acuerdo con Queiroz, el PMDB podrá negociar su apoyo al Gobierno de turno a cambio de espacio en el Gabinete y en la máquina burocrática, como lo hizo con Cardoso y luego con Lula.
